Por Eric Corrales |11 de junio de 2022, 10:00 AM

Actualmente, para un médico es posible ver y conocer el estado de casi cualquier parte y órgano interno de nuestro cuerpo gracias a las radiografías, ultrasonidos, resonancias magnéticas, tomografías y gammagrafías.

No obstante, a pesar de este gran avance tecnológico, todavía hay exámenes que deben hacerse manualmente, tal es el caso del tacto rectal, el temido examen para la detección del cáncer de próstata. Pero, ¿por qué se realiza?

Para entender por qué es necesario, lo primero es conocer la anatomía de esta glándula: se trata de un órgano redondo, que puede tener diversos tamaños y que es atravesado por el canal de la orina.

De acuerdo con la uróloga Andrea Guevara, cuando se empieza a desarrollar un cáncer de próstata, lo que sucede es que aparece una protuberancia, la cual puede iniciar con un tamaño similar al de un granito de arroz; entonces, lo que el urólogo hace en el examen, es palpar su superficie, ubicada en la parte anterior del recto, donde ocurren el 70% de casos de este cáncer, de manera que pueda sentir una eventual protuberancia o pelotita en alguna parte.

“Nosotros lo que hacemos es buscar alguna pelota en la próstata, que es regular y suave. Este examen no va a cambiar, porque en salud y en medicina siempre es primordial examinar al paciente”, explicó la doctora.

Con el tacto rectal se pueden detectar variaciones que generan la sospecha de cáncer, estos cambios pueden ser: bultos o alteraciones en la superficie; un aumento de la consistencia y cambios en los bordes de esta glándula.

En Costa Rica, se estima que uno de cada siete hombres puede llegar a tener cáncer de próstata; y uno de cada 16 podría morir por esta enfermedad. De hecho, solo en el año 2020 ocurrieron 445 muertes por su causa, según datos de la CCSS.

Además, en nuestro país, el cáncer de próstata está entre las tres formas de cáncer más comunes en hombres y entre las que más muertes causan, junto con el gástrico y el colorrectal.

Declaraciones de doctora Andrea Guevara:

¿Es suficiente con el Antígeno Prostático Específico?

Don Rodolfo Madrigal, de 62 años, es un sobreviviente de cáncer de próstata, quien luego de confirmar su diagnóstico con una biopsia y de investigar las opciones que tenía, decidió erradicar el problema del todo, eliminando su próstata con una cirugía.

Don Rodolfo recuerda que durante mucho tiempo llevó “en regla” -como él mismo dice- el examen del antígeno prostático, cuyas mediciones tenían un ritmo normal; no obstante, de repente, los valores se elevaron mucho. “Reconozco que me había descuidado un poco, aunque sí me había hecho el tacto rectal un par de veces, la última el doctor me dijo que no me descuidara porque me había sentido la próstata un poco dura. Luego de eso pasaron dos años sin hacerme el examen”, recuerda.

Fue en el 2012, a los 53 años, cuando el antígeno prostático tuvo ese “salto elevado”; y, luego de esos dos años, tuvo que hacerse un nuevo tacto rectal y “sintieron que había problemitas ahí”. Luego vino la biopsia y el diagnóstico de cáncer.

Testimonio del señor Rodolfo Madrigal, sobreviviente de cáncer de próstata: