Por Eric Corrales |3 de marzo de 2024, 8:30 AM

Tel Aviv-Yafo | Un equipo de Teletica.com estuvo en Israel y visitó el hospital Sheba, ubicado en el barrio de Tel HaShomer de la ciudad de Ramat Gan, donde conversó con dos soldados israelíes heridos en combate, quienes recordaron un viaje que hicieron a Costa Rica.

Originalmente, el centro médico era un hospital de Geriatría, después de la invasión del grupo terrorista Hamás, el pasado 7 de octubre, fue reestructurado para convertirse en un hospital que atiende heridos de guerra y civiles afectados tras los ataques, quienes requieren tratamiento y rehabilitación.

Dos oficiales israelíes que fueron heridos en batalla y que no superan los 30 años, conversaron con este medio sobre la situación que vivieron.

Para entender un poco el contexto, es importante comprender que los jóvenes israelíes, una vez que salen del colegio, tienen que formarse durante tres años en servicio militar; luego de eso, la gran mayoría tiene lo que se conoce comúnmente como un "año sabático": viajan por el mundo, en muchos casos realizando voluntariado de bien social en países subdesarrollados.

Tal es el caso de estos dos jóvenes, quienes en el pasado viajaron a Costa Rica para realizar labores voluntarias, pasear y conocer suelo tico.

Santa Teresa de Cóbano

El primer entrevistado fue Gael, se autorizó solo dar su nombre por seguridad militar, así como grabarle de espaldas para no mostrar su rostro.

El joven relató a Teletica.com que no olvida su visita a Puntarenas y Guanacaste, donde incluso se enamoró. Estuvo varios meses en Santa Teresa de Cóbano, Puerto Viejo, playa Flamingo, playa Tamarindo y otros puntos de Guanacaste.

Como todo joven israelí, hizo servicio militar y luego viajó a Costa Rica, donde recordó cómo disfrutó sus días de paz; pero luego, de repente, estando en Sri Lanka, escuchó lo que ocurrió el 7 de octubre, y de inmediato tomó el próximo vuelo de regreso a Israel, ya que es parte de la reserva del ejército: a los días ya se encontraba peleando en Gaza contra el grupo terrorista Hamás, donde fue herido por un proyectil.

“Es increíble como la vida cambia de repente, tienes lindos recuerdos disfrutando en Santa Teresa de Costa Rica y otro día te encuentras enlistado en el ejército combatiendo en la Franja de Gaza en medio de balas y misiles”, recordó el joven.

Gael hizo énfasis en que no tenía actividad militar, era un simple reservista como la gran mayoría, su profesión es ser publicista, pero ante el llamado no dudó en apoyar las labores del ejército, en especial, cuando se enteró de que siete de sus mejores amigos de infancia fueron brutalmente asesinados por Hamás: ellos se encontraban en el Festival de Música Nova cuando los terroristas atacaron.

Entrevista completa:

Herido y rescatado

De entrada, el joven nos muestra un cohete tipo ARPG que sostiene con sus manos, con el que, asegura, lo intentaron asesinar. Si bien le causó heridas, logró sobrevivir y ahora lo guarda como un importante recuerdo.

“Lo guardo porque es el artefacto con el que me intentaron matar y no pudieron, y para mostrarlo al mundo de que esto es lo que más abunda en Gaza, ni comida ni servicios básicos, cohetes es lo único que le interesa al terrorismo”, dijo.

Del ataque recuerda que estaba en el centro de la Franja de Gaza y que los terroristas aprovecharon que estaba descansando cuando su equipo fue atacado.

“Estábamos descansando en un cuarto y recibimos un cohete ARPG, la explosión me afectó la parte izquierda de todo el cuerpo, los ojos y me redujo gran parte de la audición. Éramos cinco personas en el cuarto, era un lugar muy peligroso porque los terroristas de Hamás buscaban cómo emboscarnos, tuve que salir muy rápido de dónde estábamos, salir corriendo para poder llegar al carro que nos rescatara. Mis compañeros del grupo, sabiendo el peligro en el que estábamos, hicieron todo lo posible por sacarnos”, relató.

Los heridos son visitados por voluntarios y familiares que los motivan con canciones:

Lo más difícil en Gaza

No solo el ataque que casi le cuesta la vida fue lo más duro para el publicista, dice que lo más difícil fue ver el miedo que la población civil le tiene a Hamás y que no pueden hacer nada por defenderse.

“Nosotros sabemos que somos combatientes y que los terroristas van a estar buscándonos todo el tiempo para herirnos o matarnos, pero lo más difícil es ver la forma que operan los terroristas y es importante que el mundo sepa esto, ellos se manejan con mujeres y niños delante de ellos, los usan como escudos humanos, ellos saben que los soldados del ejército israelí no disparan o no actúan contra una mujer o un niño.

“En algunas ocasiones los arman, los obligan a disparar contra nosotros si no los matan, en otras ocasiones usaban a los niños de espías, los enviaban donde estábamos nosotros, pero luego los hacían regresar y que les contaran todo, cuántos éramos, dónde estábamos, posiciones, armas todo lo que pudieran revelar.

“Es duro ver cómo los mismos civiles están todo el tiempo amenazados por los terroristas, no pueden hablar en contra de Hamás ni hacer nada que moleste a los terroristas o los pueden asesinar. A veces son obligados a tener dentro de sus casas a miembros de Hamás, en otras ocasiones los obligan a guardar o llevar armas”, recordó.

Otro punto que agregó es que los terroristas también se hacen pasar por civiles, entonces muchas veces para ellos es difícil poder identificar quién es realmente un terrorista y quién es un ciudadano.

Rodeado de varios regalos de amigos y familiares, Gael tendrá que pasar un par de semanas más en rehabilitación para luego tratar de seguir con su vida normal.

Entrevista completa:


“Mi compañero murió en mis brazos”

Eyal fue otro joven soldado herido en batalla, quien acompañado de sus muletas contó a Teletica.com su experiencia en Costa Rica, donde recordó sus paseos por la capital josefina.

También es un reservista que acudió al llamado tras el ataque de Hamás, pero a los días fue herido por un explosivo y casi pierde una pierna y un ojo. Tuvo suerte de salir con vida, pero sus compañeros murieron en el sitio, uno de ellos quedó muerto en sus brazos.

“Nuestra función era tratar de abrir el terreno para no encontrarnos con terroristas, un terrorista nos sorprendió, salió de un túnel, activó un explosivo, yo quedé tirado en el suelo y pensé que había perdido la pierna, pero cuando vi que todavía estaba ahí lo que hice fue arrastrar a mi compañero que estaba muy herido, mientras abatíamos al terrorista, mi compañero murió en mis brazos, en esa explosión cuatro fuimos heridos y cinco murieron.

“A los pocos segundos de salir, comenzaron a dispararnos desde una escuela. Resistimos hasta que llegaron refuerzos y a mí me sacaron en un helicóptero, tenía esquirlas por todo lado, principalmente en la pierna derecha, y también en el ojo y la cara, la suerte que tuve es que estaba con lentes protectores, si no hubiera perdido el ojo”, concluyó.

Colaboró con la traducción Gaby Astrovsky, periodista israelí, y Sergio Gryn, analista e historiador.

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