Privadas de libertad embarazadas o con bebés: un derecho y una dura realidad para decenas de mujeres
¿Cómo se manejan los embarazos en los centros penitenciarios y cuáles derechos se le garantizan a los hijos que viven con sus madres en la cárcel? En este reportaje se lo contamos.
El estar privado de libertad es un proceso complicado por sí solo, aunque se torna aún más complejo cuando viene acompañado por la maternidad.
Muchas madres en Costa Rica se enfrentan a esta realidad cuando ingresan a la cárcel por un proceso penal o por una deuda de pensión alimentaria y se encuentran en estado de embarazo, o bien, con hijos.
En estos casos, el Ministerio de Justicia y Paz le garantiza a las privadas el derecho de mantener a sus hijos consigo en el centro penitenciario hasta que cumplan los tres años de edad.
Sin embargo, existen muchas mujeres que no se acogen a este derecho y optan por entregarle sus hijos a familiares o a seres queridos para evitar exponerlos al ambiente carcelario en sus primeros años de vida.
"Es un derecho que tienen las madres de mantener la vinculación afectiva con sus hijos e hijas cuando ingresan privadas de libertad", indicó Adriana Chavarría, coordinadora de Atención de la Mujer del ministerio de Justicia.
Este tipo de espacios los ofrece el Centro Penitenciario Vilma Curling y el Centro de Formación Juvenil Zurquí, donde actualmente residen 17 madres, de las cuales dos están en estado de gestación y el resto tiene un niño menor de tres años.
¿Qué ocurre cuando una privada de libertad queda encinta?
En el momento en el cual una privada se entera de que está en período de gestación, las autoridades penitenciarias la ingresan al módulo Materno Infantil.
Ahí, reciben un cuarto individual para vivir durante el embarazo y durante los primeros tres años de vida de sus bebés. Cada cuarto está dotado de una cama, una cuna, un clóset y un televisor.
"Hay un espacio común donde hay una pantalla, juguetes, un aula de estimulación temprana con juguetes que nos han donado, hay una cocina donde pueden preparar los alimentos de los bebés. Acá se tiene acceso a objetos que normalmente no se tienen en un módulo regular como refrigerador, congelador, entre otros", detalla Chavarría.
Aunque esta opción parezca una más cómoda y laxa para estas privadas de libertad, no las exime de las reglas básicas exigidas, como, por ejemplo, cumplir con las normas de respeto, vocabulario, violencia e higiene, entre otras.
¿Cómo se manejan los casos una vez que nace el bebé?
Uno de los puntos más importantes que destaca el ministerio de Justicia es que los niños y las niñas que viven con sus madres en un centro penitenciario no están privados de libertad; pueden salir y entrar con familiares las veces que consideren necesario.
Incluso, al cumplir el año, los infantes empiezan a acudir a clases de estimulación temprana en guarderías ubicadas afuera del centro.
"La mamá puede autorizar una persona afuera para que lo recoja, que sea de las personas con las que va a estar el niño o niña cuando egrese, para que vaya desarrollando un lazo afectivo con esa persona, y también por su derecho a la socialización.
"Pueden salir a recibir estimulación temprana en centros de cuido. Los recogen en la mañana y los traen en la tarde. Eso favorece que las mamás puedan involucrarse en otras actividades laborales o de estudio mientras sus hijos están en "la guardería", explica Chavarría.
Violencia y negligencia
Tal y como procede en cualquier caso que involucre personas menores de edad, el Patronato Nacional de la Infancia (PANI) debe intervenir cuando se presentan casos de violencia o de negligencia.
Si se da un altercado entre privadas de libertad, las autoridades valoran si deben retirar al menor de edad del centro, aunque sea durante algunos días.
En caso de que la madre no tenga ningún contacto afuera que pueda hacerse cargo de sus hijos, los mismos se colocan en albergues.
"Si hay una situación de violencia en el módulo materno infantil en el que se vea afectada una persona menor de edad, sea el hijo de alguna o de la otra, la comisión del módulo interviene, hace el abordaje, y si se evidencia que hay un riesgo hacia la persona menor de edad se hace un reporte con el PANI", apunta Chavarría.
Hasta el momento, el ministerio de Justicia asegura que los módulos Materno Infantiles siguen considerándose como uno de los más seguros dentro de los centros penales nacionales.