1 de junio de 2015, 9:56 AM

Desde el año 1530 se hacía referencia a una porción de tierra en el océano Pacífico. La isla más bella del mundo, o la isla de los tiburones, como la han llamado: se trata de nuestra Isla del Coco.

El viaje hasta ella es de un día y medio. De día y de noche la inmensidad del mar cautiva.

Tras horas de navegación y con los primeros rayos del sol la Isla del Coco atrapa a quienes la visitan.

El Parque Nacional tiene una extensión de 24 kilómetros cuadrados y 12 millas de área marina protegida.

La mayoría de turistas que la visitan son atraídos por la riqueza marina. Bucear y observar tiburones y variedad de peces le dan fama mundial a esta isla costarricense.

Este pequeño territorio fue refugio de piratas ingleses. Desde 1840 hasta 1994 diversos grupos buscaron tesoros en la isla, entre ellos el “Tesoro de Lima", sustraído por el capitán inglés William Thompson en 1821, y quien presuntamente lo ocultó en la isla.

La riqueza  de este Parque Nacional está tanto en mar como en tierra. La vegetación es abundante debido a las lluvias, pues ahí caen entre 6.000 y 7.000 litros de agua por metros cuadrado al año.

El bosque nuboso está a pocos metros del mar. Cerro Yglesias es el sitio más alto de la Isla del Coco, con 579 metros sobre el nivel del mar; lleva este nombre en honor al expresidente de la República Rafael Yglesias Castro.

El camino hacia la cumbre toma más de cinco horas en medio de orquídeas, variedad de helechos y animales.

En esta época del año es frecuente ver el charrán blanco o la paloma del Espíritu Santo, llamadas así por volar sobre las personas.

En la isla trabajan 21 guardaparques, en varias jornadas de 30 días en la isla por 22 en la casa.

Desde hace algunos meses cuenta con dos proyectos hidroeléctricos para suplir el servicio del parque y próximamente al radar que se instalará.

Se trata de los proyectos Olivier y Río Genio. En la catarata de este último encontramos al pez chupapiedra.

El Parque Nacional Isla del Coco cuenta con dos bahías. La primera de ellas es la de Wafer, donde se ubican las oficinas administrativas y las habitaciones de los guardaparques.

Lleva este nombre en honor a Lionel Wafer, el cirujano de piratas que llegó a la isla en el año 1685.

La otra bahía es Chatham, donde se ubican los petroglifos, como uno de la Sociedad Cousteau de 1987, la cual realizó investigaciones en la isla.

Chatham se llamaba uno de los barcos en que George Vancouver llegó a la isla en el año 1795.

La Isla del Coco fue declarada Parque Nacional en 1978. La Unesco también la declaró sitio Patrimonio Natural de la Humanidad en 1997.