13 de junio de 2013, 1:20 AM

Una inmensa fortuna es despilfarrada por las entidades públicas en vez de ser utilizadas en obras de infraestructura.

Un Estado desarticulado e ineficaz sigue creciendo año con año. En el año 2012, ingresaron a trabajar en los ministerios 8.040 nuevos empleados., con un costo adicional de 231 mil millones de colones.

En total, las remuneraciones en el Estado crecieron en medio millón de millones de colones, un 14 %, que representa más de tres veces la inflación.

Eso equivale a 450 millones de dólares, lo suficiente para financiar la carretera a San Ramón. Pero el aumento de las planillas no basta.

Junto a la planilla oficial, el Estado mantiene una poderosa planilla paralela que crece todos los años.

Son las consultorías, en las que el estado gasta 361.000 millones de colones, mil millones de colones por día.

Esas consultorías incluyen pago de servicios médicos, aun cuando todos los empleados público están afiliados a la Caja del Seguro Social; pago de abogados, aun cuando cada institución tiene su propio departamento jurídico, y así sucesivamente.

En solo un año, entre el 2011 y el 2012, esas consultorías crecieron en 126.000 millones de colones, unos 250 millones de dólares. Con ese dinero el estado podría construirse el tren metropolitano de San José.

Solo en el gobierno central, las consultorías crecieron un 30 % en el año 2012, seis veces la inflación, seis veces el incremento del producto interno bruto.

El año pasado el gobierno central gastó en ese rubro la suma de 30.000 millones de colones. Con ese dinero en solo cinco años podríamos construir otra carretera igual que la ruta 27, la vía a caldera.

Todavía existe otra partida, que se conoce como "otros servicios de gestión y apoyo", una bolsa chica que sirve para todo y donde se contratan toda clase de servicios: ellos sumaron en el 2012 un suma de más de 374 mil millones, uno 750 millones de dólares, lo que sería suficiente para construir la nueva carretera a limón, que pasaría por Cartago, Turrialba y otras calles del Caribe y cuyo costo se estima en 650 millones de dólares.

Existen en el Estado otras partidas que, en las actuales circunstancias, no se sostienen moralmente: son las de publicidad e información.

El gobierno de Laura Chinchilla ha aumentado en flecha esos rubros.

Del año 2011 a la fecha pasaron de 2000 a 4.000 millones, es decir, aumentaron al doble.

Un tema que sigue sin solución es el de la evasión fiscal. Los costarricenses seguimos quitándole al fisco cuatro puntos del PIB en evasión del impuesto sobre la renta, y un poco más de un 1 % en evasión del impuesto de ventas.

En total son casi un 6 por ciento del PIB lo que no pagamos en impuestos que debemos pagar. Eso es tres veces más grande que todo lo que el estado destina a infraestructura vial.

Dinero hay, sin duda. Pero o está más empleado o no está cobrado. Pero si todo se hiciera bien, podríamos tener unas carreteras de primer mundo sin adquirir deudas y sin recurrir a concesiones compañías extranjeras.