4 de octubre de 2013, 1:09 AM

La emoción de la competencia. La angustia frente al juego. La emoción de la victoria. Los ticos estamos otra vez en un mundial de fútbol y es la parte deportiva la que todos festejamos. Pero, ¿y la parte financiera?

De eso sabemos muy poco. Solo por haber clasificado, la Selección Nacional se embolsará 13 millones de dólares, tres veces lo que el Instituto Costarricense del Deporte y la Recreación (ICODER) distribuye este año entre todas las asociaciones deportivas.

La situación es precaria en nuestra Selección Nacional de fútbol americano que acaba de clasificar de subcampeona centroamericana en El Salvador.

El año entrante nuestro país será sede del nuevo campeonato centroamericano, y de allí saldrá un clasificado para el mundial de Suecia, a celebrarse en el 2015. Aun así, el país no cuenta siquiera con una cancha de este deporte.

Desde siempre, el país ha carecido de una política adecuada sobre este tema.

Además de un entrenador capacitado y sus implementos deportivos básicos, un atleta requiere de médico, masajista, fisioterapeuta, alimentación adecuada. Todo eso no baja de un millón y medio al mes.

Pero son muy pocos los que disfrutan en el país de una ayuda similar.

Diez atletas reciben de ICODER una beca de 400.000 colones al mes. Para seis atletas juveniles la ayuda es de 270.000. Otros 71, reciben ayuda de 133 mil colones. Otros 34, de menos de cien mil.

La ley del tabaco permitió dar un salto en la ayuda al deportista.

En el 2011, ICODER entregó a las asociaciones la suma de 969 millones de colones; en el 2012, esta cifra prácticamente se mantuvo. Este año ascendió a 2.030 millones.

En ayuda directa a los deportistas, el país pasó de 11 millones de colones a 240 millones en tres años, es decir, 20 veces más.

Aun así, la ayuda es insuficiente, no solo si nos comparamos con los países más desarrollados, sino incluso con nuestros vecinos del área centroamericana.

El dinero y los recursos materiales están íntimamente a los resultados. Aun así, el país se ha mantenido de segundo en relación con Guatemala, el líder del área.

En los centroamericanos de 1994, Guatemala obtuvo 80 medallas; Costa Rica, 76. La brecha se amplió en los años siguientes. En 1997 la diferencia fue del 90 a 39. En el 2001, fue aún mayor: 140 a 40.

En el 2010, 121 a 65. Este año, con los juegos organizados en el país, nuestros atletas se colocaron a solo 3 medallas de los líderes: 100 contra 97.

Pero precisamente este año, el ICODER invirtió 500 millones solo en la preparación de atletas, algo que no había hecho en años anteriores.

La asociación de béisbol de Santo Domingo no escapa a esta situación. Aunque goza de gran popularidad, este es un deporte marginal. Y los aficionados tienen que ingeniárselas para financiarse.

Los ayuda la municipalidad, las empresas privadas y los padres y aficionados, seguros de que formando a los futuros atletas desde niños este deporte podrá abrirse campo en el futuro.