Por Christian Montero |9 de abril de 2021, 10:55 AM

Más de 24 horas de negociaciones pasaron antes de poner fin al secuestro de Monteverde.

Agentes del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) trataban de convencer a Erlyn Hurtado de que se entregara, luego de atrincherarse en el Banco Nacional de Monteverde desde la tarde del 8 de marzo del 2005 y hasta la noche del día siguiente.

Pese a la insistencia de los negociadores, Hurtado se negaba a entregarse. El oficial que logró convencerlo rompió el silencio y dio a Telenoticias su primera entrevista desde ese día.

Él entregó agua y medicamentos al secuestrador, quien resultó herido tras enfrentar a la policía que ingresó al banco a rescatar rehenes.

Según el policía, Erlyn estaba preocupado de que le hicieran daño. El agente recuerda que la conversación con él era sobre la hora y la forma en que se entregaría.

Hurtado insistía en pedir una vía de escape y, mientras el policía le explicaba el panorama que tenía, aprovechaba para comunicarse por señas con la última rehén en poder de Hurtado.

El agente precisa que Erlyn tenía muy claras las penas que le esperaban.

Durante toda la conversación el delincuente se refirió solo en una ocasión a sus hermanos, fallecidos en el enfrentamiento con los guardas.

Tras largos minutos, Erlyn hizo una petición que sorprendió al policía: puso como requisito que le dieran 10 días para ir a visitar a su familia.

El oficial lo convence de que se entregue y lo llama por el nombre que le dio en ese momento: el hombre descargó el fusil AK47 y la pistola que poseía. El agente sabía que eso era todo.

Así concluyó el intento de asalto que cobró la vida de cuatro clientes y dos funcionarios del banco, un policía y dos delincuentes.

En 2006, Hurtado Martínez fue condenado a 210 años de prisión por estos hechos y murió el 11 de mayo del 2011 al enfrentar a la policía en una fallida fuga de La Reforma.

Elizabeth Artavia Solís, la última rehén liberada, aún trabaja para el banco. La contactamos para este reportaje, pero dijo que prefería no referirse al tema. Eso sí, la mujer agradeció al policía que convenció a Erlyn de que se entregara y lo llama “su ángel guardián”.