23 de mayo de 2013, 1:50 AM

Cientos de agricultores están demostrando que muchas veces las pequeñas acciones conducen a grandes cambios.

Con ayuda de una fundación, comenzaron a recoger y reciclar toneladas de plástico que antes contaminaban el ambiente y ponían en riesgo muchas vidas.

Costa Rica tiene 493 mil hectáreas cultivadas y en gran parte de ellas es común ver el uso de plaguicidas.

En los últimos años el uso de agroquímicos ha ganado terreno en el país, al punto de ser considerado por el World Resources Institute, con sede en Washington, el mayor consumidor de plaguicidas del mundo.

El estudio de esta organización, dado a conocer en setiembre del 2011, reveló que nuestro país consume 51 kilos de estos productos por hectárea por año, una cifra calificada como alarmante.

Este hecho preocupa no solo por el riesgo latente para la salud humana, sino por su impacto en el medio ambiente. Muchos de los agroquímicos utilizados vienen en envases de plástico, lo que genera una enorme contaminación en nuestros campos.

Costa Rica genera 650 toneladas de envases de plaguicidas al año.

¿Sabe qué pasa con ellos luego de que los productores utilizan su contenido?

Jesús Valverde también es un productor de café en Naranjo de Alajuela y sabe de otros usos que tradicionalmente se le dan en el campo a los envases de agroquímicos.

Estas prácticas, lamentablemente muy comunes, representan un riesgo enorme para las personas y el ambiente.

Desde hace algún tiempo, un grupo de organizaciones gubernamentales y privadas, se dieron a la tarea de buscar una respuesta a este problema y ofrecer una opción a los productores.

Fue así como surgió, hace 4 años, la fundación "Cuidemos nuestros campos" y su programa para el manejo de envases de plaguicidas.

Este programa ha permitido sacar toneladas de plástico contaminante de las fincas y resolver un viejo problema para los agricultores.

La fundación, en asocio con cámaras, municipalidades, cooperativas y el gobierno, realizan campañas constantes para que los agricultores manipulen correctamente los envases, los guarden y los entreguen vacíos y limpios.

Luego son trasladados a centros de acopio, donde se reciclan y se convierten en basureros, postes para cercas, bumpers de carro y tubería sanitaria.