Por Yessenia Alvarado |24 de noviembre de 2014, 9:44 AM

El maltrato al adulto mayor en Costa Rica tiene muchas caras. A sus 93 años, Jesús Reyes es un adulto mayor que cuida ahora su cédula más que nunca.

Hace poco tiempo, después de abordar el autobús, un chofer le pidió que se sentara mientras registraba sus datos, y luego el documento desapareció.

Cuando se bajó del bus se dio cuenta y fue a buscar  de inmediato al plantel, pero ¿cómo puede desaparecer tan rápido?

A 20 kilómetros de esa parada,  German Portugués de 74 años tiene una historia similar con su cédula. Asegura también que en un solo viaje con su cédula han simulado varios pasajes.

Otra adulta mayor que prefiere que no revelemos su identidad, dice que hay un timo en el "vaya siéntese", todo para no devolver la cedula.

¿Qué hay detrás de esto? ¿Se trata solo de un tema de distracción del adulto mayor o algunos descubrieron un negocio en esto?

El Consejo Nacional de la Persona Adulta Mayor (Conapam) tiene en su poder decenas de cédulas que los adultos mayores perdieron, las entregaron los mismos empresarios autobuseros, luego de descubrir que algunos choferes las utilizaban para robarles simulando pasajes.

En el país, 350.000 adultos mayores tienen derecho al servicio gratuito de autobús mostrando su cédula.

Un conductor que se deje una, y la pase 10 veces en un día para tomar el dinero del patrono, puede sustraer 2.500 colones, es decir, en 28 días laborales son 70.000 colones.

El Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) registra un aumento del 7% en la entrega de nuevas cédulas a adultos mayores.

En los primeros 10 meses del año, hicieron 35.684 cédulas a personas mayores de 65 años. Un adulto mayor sin cédula se queda limitado para muchas de sus necesidades.

El Foro de Transportistas asegura que despiden al chófer que descubren en este delito, pero en materia de transporte hay muchos otros maltratos, como por ejemplo ignorar a un adulto mayor cuando está esperando el bus.

Por ejemplo, Telenoticias logró captar una estudiante que sube al autobús, y a pesar de su juventud, se sienta en el lugar reservado para adultos mayores o personas con discapacidad.