Por Randall Corella |27 de noviembre de 2022, 9:26 AM

Hace cuatro años, la sorpresiva eliminación de Alemania en Rusia 2018 (¡por primera vez en su historia en fase de grupos!) confirmó la llamada “Maldición del Campeón”, que lleva dos décadas atormentando a todos los monarcas del fútbol mundial.

Desde Corea-Japón 2002, cuatro de los cinco campeones mundiales fueron eliminados en las primeras de tanteo. Francia, Italia, España y Alemania, llamados a defender el título ganado cuatro años atrás, han terminado con actuaciones muy poco dignas de un rey.

En el 2002, los franceses campeones del 98 se marcharon de Asia en fase de grupos, con dos derrotas y un empate, ¡y sin marcar un solo gol! En 2010, la Italia de Cannavaro dijo adiós también en fase de grupos, tras dos empates y una derrota. En 2014, España se marchó tras perder dos encuentros en el Grupo B, incluida una escandalosa goleada 5-1 a manos de Países Bajos. Y en Rusia, los germanos salieron por la puerta de atrás, con dos derrotas a cuestas ante México y Corea del Sur.

Todos esos decepcionantes ejemplos hacen que el mundo vuelva la mirada a lo que pueda sucederle a Francia en Catar 2022, pero también hacen recordar la insólita primera eliminación de un campeón del mundo que, aunque parezca increíble, no ocurrió hasta el cuarto mundial de la historia.

Dado que Uruguay se negó a participar y defender su título en 1934, y a que Italia revalidó su corona en 1938, hubo que esperar a Brasil 1950, en la reanudación de la Copa del Mundo tras la II Guerra Mundial, para ver a un campeón irse temprano del certamen.

Y las razones de ese adiós tempranero de los italianos se remontan al 26 de mayo de 1949, cuando ocurrió una de las más grandes tragedias en la historia del fútbol. Esa tarde, el avión que trasladaba al club Torino AC desde Lisboa, se estrelló contra la basílica de Superga, en las afueras de Turín. Hubo 31 víctimas mortales, entre ellos 18 futbolistas, 10 de los cuales eran titulares de la selección campeona del mundo.

La ausencia de las figuras del Gran Toro obligó al entrenador Ferruccio Novo a rearmar en menos de un año el equipo que viajaría a Brasil, pero ese fue apenas el primer obstáculo para el monarca. Tras la tragedia del Torino, los traumados futbolistas no querían ver un avión ni en pintura, por lo que Italia fue la única de las 13 selecciones que viajó en barco a Copa del Mundo.

Camino a Sudamérica continuaron los imprevistos. En todo el trayecto sólo pudieron hacer un entrenamiento, pues todos los balones que traían cayeron al agua durante la práctica. Cuando arribaron al puerto de Santos, la mayoría de los jugadores llegó con sobrepeso y de peso y sin la preparación necesaria para encarar el torneo.

La derrota 3-2 ante Suecia, el 25 de junio en Sao Paulo, no sólo fue la primera que sufría Italia en la historia de la Copa del Mundo, sino que marcó la precoz despedida de la Azurra. Cuatro días después, los escandinavos empataron con Paraguay 2-2 y pusieron a los campeones del mundo en un barco de vuelta a casa.

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