Por Randall Corella |13 de diciembre de 2022, 15:53 PM

En cualquier reunión futbolera son famosas las historias de jugadores que han sido atacados en medio partido por la “necesidad” de ir al baño y, sin más remedio, han tenido que dejarla fluir. 

Claro, hablamos de partidos amateurs y canchas de barrio donde el asunto no pasa de ser una simple anécdota, pero ¿y si sucediera en la Copa del Mundo? ¿Ante decenas de cámaras y millones de espectadores? 

Pues se han dado casos. Por coincidencia o destino, el Mundial de Italia 90 “hermanó” a dos futbolistas en esta incómoda experiencia.

El 30 de junio, en Florencia, Argentina y Yugoslavia se enfrentaban por los Cuartos de Final de Italia 90, en un duelo sin goles que se extendió primero a los tiempos extra y luego a los lanzamientos desde el punto de penal.

Tras 120 minutos de juego, al guardameta argentino Sergio Goycoechea le sobrevino una necesidad, había tomado mucho líquido para mitigar el calor y terminó con ganas de orinar, pero ya no había tiempo para salir del campo.

No quedó más remedio que “soltar el chorrito” dentro de la cancha. Rodeado por varios compañeros, mientras se nombraban los cobradores, Goyco salió de la urgencia y se puso los guantes. Minutos después, Argentina ganó el pase a Semifinales gracias a dos penales atajados por su guardameta.

El siguiente juego ante Italia, en Nápoles, se fue también a la prórroga tras el empate 1-1 y, cuando se acercaban los penales, vino de nuevo la emergencia… Aunque esta vez no fue por pura casualidad.

“Y después con Italia ya provoqué la sensación. Tomaba agua a propósito para orinar. Y no falló la cábala”, contó el arquero varios años después al diario Olé. Argentina pasó a la final del torneo, con dos nuevos penales tapados por el nuevo héroe nacional Sergio Goycoechea.

Quien no tuvo tanta suerte fue el delantero inglés Gary Lineker. El 11 de junio, en su primer juego de aquel Mundial, Inglaterra enfrentó a la República de Irlanda, en Cagliari.

El duelo comenzó a pedir de boca. Lineker anotó el 1-0 apenas al minuto 10 -el primero de los cuatro goles que conseguiría en el torneo-, pero comenzó a sentir un retorcijón intestinal poco antes del descanso.

“No estuve muy bien en la cancha, y me puse mal durante el intermedio, pero seguí adelante. Ya durante el juego, la pelota se fue por el lado izquierdo, intenté derribar a alguien, me estiré y luego me relajé”, aceptó más tarde a BBC Radio.

Por suerte, para Lineker, esa noche Inglaterra vestía pantalón oscuro y había llovido unas horas antes, así que aprovechó para rozarse contra el suelo como un perro y limpiar la evidencia de aquel desagradable “accidente”. 

Aunque de lo que no pudo librarse, el goleador de México 86 años fue del mal olor que llevó impregnado hasta salir de cambio al minuto 83… ¡Directo a las duchas!

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