Por Randall Corella |30 de noviembre de 2022, 18:53 PM

Hoy estamos acostumbrados a escuchar que una lesión, un castigo disciplinario o una decisión técnica hacen que una consagrada estrella del fútbol quede por fuera de la Copa del Mundo. Por eso la historia de Bobby Moore resulta tan sorprendente.

En el verano de 1970, la Selección de Inglaterra llegaría a México para defender su título mundial con un equipo plagado de figuras como el portero Gordon Banks, el goleador Geoff Hurst, Bobby Charlton y, por supuesto, su capitán Robert 'Bobby' Moore.

Parte de la preparación de los ingleses para la Copa del Mundo, incluía una gira por Colombia y Ecuador, con el fin de prepararse físicamente y aclimatarse a lo que iban a encontrarse en tierras aztecas.

El 18 de mayo, a su llegada a Bogotá, Inglaterra se hospedó en el Hotel Tequendama. El técnico Alf Ramsey le dio la tarde libre a los jugadores, así que Charlton y Moore aprovecharon para pasear por el hotel y comprar algún recuerdo para sus esposas. Al entrar en la joyería Fuego Verde, quedaron sorprendidos por un brazalete de oro con 12 esmeraldas avaluado en unos US$1.500, pero decidieron dejar la compra para después, pues aún tenían que jugar en Ecuador y regresar una semana después a Bogotá para emprender su viaje final a México.

Sin embargo, minutos más tarde, la empleada Clara Padilla no encontraba el brazalete y avisó a su jefe, Danilo Rojas, sobre la ausencia de la joya. El gerente alertó a la seguridad del hotel, que requisó a los jugadores, pero no halló nada extraño. Inglaterra partió hacia Ecuador un par de días después, mientras un vendedor ambulante llamado Álvaro Suárez se había presentado como testigo afirmando que había visto a Moore robar el brazalete.

Después del partido en Quito, el equipo regresó a Bogotá el 25 de mayo y volvió a tener la tarde libre, pero mientras disfrutaban de una función de cine, la policía colombiana entró a la sala y detuvo a Moore por el supuesto robo del brazalete.

Todo parecía indicar que el capitán pasaría la noche en un calabozo, mientras el supuesto robo se convertía en una cuestión diplomática con la Embajada Británica, el Ministerio de Exteriores en Londres, el gobierno colombiano y hasta el Primer Ministro, Harold Wilson, buscando una solución.

En medio del escándalo, la selección inglesa tuvo que partir hacia México sin su capitán, que, gracias a la gestión de Alfonso Senior, presidente de Millonarios de Bogotá, logró cumplir tres días de arresto domiciliario en la casa del dirigente, donde aprovechó para entrenarse de cara al Mundial.

Tras varias audiencias en Departamento Administrativo de Seguridad y con la firma de un acta de compromiso para que Moore se presentara en el Consulado de Colombia en México para continuar con el proceso judicial, el capitán viajó finalmente al Distrito Federal el 28 de mayo.

Mientras en suelo azteca, Moore jugaba un gran torneo, a pesar de quedar eliminados en cuartos de final ante Alemania (3-2), en Colombia el caso se diluyó entre hipótesis que dudaban de la existencia del brazalete, que colocaban a Suárez como un testigo falso pagado por el dueño de la joyería para darle fama al negocio, y que hasta aseguraban que la joya fue robada por un joven futbolista inglés al que el capitán encubrió.

Lo cierto es que el Mundial estuvo cerca de perder a una de sus máximas estrellas por un escándalo que pudo resolverse como decía el técnico Ramsey: “Tanto problema por un brazalete, si Moore quisiera, se compra todo el hotel”.