Por Juan José Herrera |21 de octubre de 2020, 12:55 PM

Luego de dos días de discusión y una jornada de más de 12 horas, este martes fue dictaminado el proyecto de presupuesto ordinario para el 2021.

Se hizo además con el rechazo de nueve diputados de los 11 que integraron la Comisión de Asuntos Hacendarios a cargo de su trámite, y en medio de las airadas críticas por la estrategia evidente de la fracción de Gobierno para retrasar, al máximo, su discusión.

¿Por qué?

El proyecto de presupuesto no es más que el cálculo que hace el Gobierno de las necesidades económicas que tendrá el Estado para el siguiente año.

En él se incluyen los ingresos totales y el detalle de las partidas que conforman el gasto. En su propuesta, el Ministerio de Hacienda presentó necesidades por ₡11.4 billones, de las cuales un 55% deberán cubrirse con nueva deuda en momentos en que el déficit fiscal roza el 10% del PIB y la deuda pública apunta a un 80% para el próximo año.

Esa realidad motivó un ultimátum de la oposición, que amenazó con recortes si Hacienda no rebajaba un 1% del gasto, es decir, alrededor de ₡358 mil millones.

Tras no obtener respuesta, el PLN y el PUSC presentaron propuestas de rebaja por ₡211 mil millones y ₡150 mil millones, respectivamente. Fueron 150 mociones que provocaron una réplica institucional orquestada donde se alertaba de posibles cierres técnicos y una afectación sustancial a la mayoría del aparato estatal si los recortes se aprobaban.

Con solo dos votos en la Comisión de Hacendarios, el PAC sabía que estaba a expensas de la oposición, por lo que decidió optar por dilatar al máximo la discusión de las 180 mociones que en total tenía el expediente. Con 15 minutos para pronunciarse, la estrategia estaba clara.

Los representantes de la fracción oficialista agotaron cada minuto de la discusión y alargaron hasta las 11:30 p. m. de ayer la sesión (la hora máxima para dictaminar). En ese momento se dio por agotado el trámite con 74 mociones de fondo sin discutir.

Incluso se permitieron agotar el tiempo a favor de mociones que rechazaron, por ejemplo, un recorte al Organismo de Investigación Judicial por el que Laura Guido argumentó en contra y Nielsen Pérez a favor. Las dos votaron negativo.

Esas maniobras despertaron la ira de la comisión, que criticó la “actitud irresponsable” del PAC en resolver las necesidades del país en momentos donde el elevado déficit amenaza con un riesgo de impago.

Al final, el proyecto se dictaminó con el rechazo de nueve de 11 diputados y el apoyo de solo dos, más un recorte final que no llegó a los ₡7 mil millones, la gran mayoría gracias a una rebaja de más de ₡4 mil millones a Cultura.

“Ayer y antier se dieron el lujo de dilatar la discusión para que la oposición no les ayude, porque la soberbia del PAC no se deja ayudar. Salieron con el discurso de los cierres técnicos de las instituciones, pero el único que están logrando es el cierre técnico de nuestro país, son unos desvergonzados.

“Lo que intentó hacer esta oposición era hacerle el trabajo al Gobierno, pero el Gobierno consiguió inmoralmente todos sus objetivos, que era terminar un presupuesto tal cual lo presentó”, dijo esta mañana la socialcristiana María Inés Solís, miembro de la comisión.

Aún así, el PAC defendió hoy su actuar e insistió, junto a Hacienda, en el recorte de ₡150 mil millones que acompañará el dictamen afirmativo de minoría.

“Yo me integré a la Comisión de Hacendarios como economista que soy, porque en medio de una pandemia no puede ser que haya 180 mociones y que algunas pretendían desfinanciar la compra de vacunas, de atención de la pandemia, becas, comedores escolares, Conapam, construcción de carreteras. Eso es generar más desempleo.

“El Gobierno ofreció un recorte adicional sin afectar programas sensibles y creo que esa es una propuesta en que hubo acuerdo, pero yo veo aquí que hay quienes pretenden hacer el ajuste solo por el lado del gasto, cuando estamos en una recesión eso es equivocado, si solo se restringe el gasto se destruye la producción, si hacemos lo contrario estaríamos provocando más recesión”, respondió Welmer Ramos.

El dictamen negativo de mayoría es una invitación también al rechazo del proyecto en el Plenario; sin embargo, esa posibilidad significaría un problema enorme en la operación del Estado y los diputados son conscientes de esto, por lo que esa posibilidad se vislumbra lejana.

Este año, por ejemplo, los diputados le rechazaron a Hacienda la propuesta de segundo presupuesto extraordinario, precisamente por el escaso recorte en el gasto.

El presupuesto deberá quedar aprobado antes de que llegue diciembre.