Por Juan José Herrera |4 de diciembre de 2020, 9:59 AM

El diputado de Restauración Nacional, Carlos Avendaño, presentó este viernes una propuesta de ley para castigar con cárcel a las personas que conduzcan bajo la influencia del alcohol sin importar la cantidad que consuman.

La propuesta de “cero tolerancia del alcohol al volante” establece penas de prisión de hasta 10 años y reduce al mínimo los límites máximos que al día de hoy son permitidos por la ley.

Así, la iniciativa es eliminar los límites máximos que actualmente permite la ley, que van de 0.50-0.75 gramos de alcohol por litro de sangre o 0.25-0.38 mg de alcohol en aire espirado.

“Son miles de familias que sufren la pérdida de un ser querido por la irresponsabilidad de un conductor. En el 2012 insistí sobre la importancia de eliminar el licor de las carreteras y las estadísticas nos confirman que no debe avalarse ningún tipo de consumo de bebidas alcohólicas al volante”, manifestó Avendaño.

El legislador aseguró que solo en 2018 se realizaron 2.066 detenciones de choferes que conducían con grados de alcohol en la sangre superiores a los permitidos por la Ley de Tránsito y 2.138 personas fueron detenidas por esta causa en 2019.

“Los estudios confirman el riesgo que significa conducir bajo los efectos del alcohol: según la Organización Panamericana de la Salud el riesgo de sufrir un accidente mortal es 17 veces mayor al consumir licor. No permitiremos que las familias sigan sufriendo por la irresponsabilidad de los conductores, la ley debe reformarse”, añadió.

La propuesta reforma el artículo 143 inciso a) de la Ley de Tránsito para que se multe a los conductores que manejen con cualquier nivel de alcohol en su sangre o por aire espirado, así como una modificación a los numerales 117, 128 y 254 inciso c) del Código Penal para robustecer como hecho punible la conducción bajo la influencia del alcohol en cualquier nivel.

Esto significa que quien conduzca bajo la influencia de bebidas alcohólicas será multado con ₡280 mil y se castigará con una pena de prisión de 1 a 3 años.

En el caso de un conductor bajo los efectos del alcohol provoque la muerte de otra persona esa pena será de 10 años de prisión.

“La legislación no puede alcahuetear el consumo de licor mientras miles de familias siguen llorando a sus seres queridos, los costarricenses no tienen por qué andar con miedo en las carreteras frente a quienes no asumen la conducción responsablemente. El permiso de conducir no debe venir acompañado de un permiso de tomar”, concluyó Avendaño.