Por Juan José Herrera |28 de diciembre de 2022, 6:10 AM

El análisis político del 2022 inicia y termina en la figura de Rodrigo Chaves, el confrontativo líder del Partido Progreso Social Democrático que tomó por sorpresa al país en abril pasado, ganándole la carrera presidencial a José María Figueres y con él a toda la maquinaria del Partido Liberación Nacional.

Así acabó una de las campañas electorales más reñidas y enlodadas de la historia de la segunda República e inició además lo que ya muchos catalogan como una nueva política nacional.

Directo y confrontativo, el discurso de Chaves ha conseguido poner de su lado a una amplia parte del país, elevándolo a cifras de popularidad poco vistas y obligado a sus rivales a replantearse la forma de acercarse a un electorado que se decía apático.

Sin embargo, esa forma de gobernar también le ha valido una larga lista de detractores, que critican no solo sus formas sino también el fondo.

“El estilo del actual presidente es un tema que marca el 2022, es prematuro para hablar de que estamos ante un líder populista, pero es evidente que estamos ante rasgos que apuntan a eso: un discurso que polariza, que trata de plantear problemas complejos de forma simplista y que no se resuelven por falta de voluntad o por la oposición, cuando quizás hay otros temas más complejos de fondo”, cuestiona el analista Sergio Araya.

Pero más allá de su figura, la administración Chaves Robles también ha marcado un profundo viraje con respecto a la forma de gobernar que había implantado el PAC.

Conferencias de prensa semanales, una casi sobreexposición del gabinete, acercamiento estrecho con cámaras y el deseo de imponer voluntades incluso por encima de la institucionalidad, son parte del derrotero del actual gobierno.

La llamada “Ruta del arroz”, el combate a las pensiones de lujo o la intención de abrir fronteras a temas como la Alianza del Pacífico o el Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico, son también parte de ese norte trazado, aunque no concretado, que defiende el Ejecutivo.

¿Y el legislativo?

Antes de esta nueva Asamblea Legislativa, la pasada dejó aprobadas dos leyes que sobresalen en el recuento del año: la legalización del cultivo y comercio del cáñamo y el cannabis medicinal y la disputada reforma al empleo público.

Los dos marcan hitos importantes en la política nacional, el primero por empezar a derribar un tema tabú en el país y el segundo por la concreción de una de las políticas públicas más perseguidas de las últimas administraciones y que busca, finalmente, crear un marco común para el trabajo en el sector público en todos los niveles, desde la selección hasta la remuneración, la evaluación y la eventual sanción.

Este Congreso, que asumió en mayo, es histórico también por ser el primero en aplicar la reforma constitucional que le permitió al Gobierno iniciar labores con el control de la agenda legislativa, una primera puesta en escena que se probó fallida para el debutante partido de Rodrigo Chaves.

Sin proyectos presentados, agenda ni experiencia, la fracción oficialista y el Ejecutivo naufragaron en esos primeros tres meses de gestión, con sesiones legislativas que acaban mucho antes de la hora reglamentaria, ante la evidente ausencia de proyectos qué discutir.

“Fue un periodo atípico: iniciar con sesiones extraordinarias de un gobierno que venía con un partido nuevo, sin historia, sin proyectos, entonces ciertamente fueron tres meses en lo que estaba claro que era una agenda muy limitada, poco clara en su orientación y fuimos a un paso bastante lento”, recordó el jefe de fracción del Frente Amplio, Jonathan Acuña.

En su apreciación coinciden todas las fracciones del Congreso, incluida de Gobierno, que acepta que pese a esa dificultad, el Congreso pudo caminar.

Pilar Cisneros, la cabeza del PPSD, celebra propuestas como la discutida emisión de eurobonos por $5 mil millones, la reforma a la Ley General de Aduanas, los cambios en la inversión extranjera en el mercado de deuda interna o la reforma a la ley de contratación administrativa.

“Son leyes importantes que van a tener una incidencia directa sobre la economía del país y esperamos que bajen las tasas de interés y seamos un país un poco menos caro”, aseguró.

Caminando más atrás aparecen otras propuestas del Ejecutivo como las ambiciosas reformas estructurales al MOPT, MINAE o Vivienda, todas cerca de empezar su andar por el Plenario.

Hay, sin embargo, otras propuestas que han generado demasiado ruido con mínima viabilidad, como la venta del conglomerado del BCR, retirado momentáneamente de la corriente legislativa ante el evidente rechazo de una amplia mayoría de diputados y los cuestionamientos de la Contraloría y otro importante número de actores.

Otros, como la discutida propuesta de jornadas de trabajo flexibles o 4/3, naufragan en un mar de mociones mayoritariamente del Frente Amplio, que ha encontrado en el bloqueo una forma de defender sus ideales.

“Vamos a intentar darle una vía rápida a ese proyecto, ya la estamos discutiendo y es el camino que tomaríamos ante el bloque evidente que existe”, dijo Cisneros.

La investigación legislativa sobre el financiamiento de los partidos políticos en la pasada elección y las investigaciones judiciales que se siguen contra el PLN y PPSD es otro de los condimentos de este 2022, un análisis que promete ser también lo más emocionante en ese regreso a labores del 2023.

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