Por Juan José Herrera |6 de mayo de 2022, 9:30 AM

A pocas horas de que Carlos Alvarado deje la silla presidencial, el mandatario recordó su visión de gobierno y el norte de su administración, una que sostiene fue buena a pesar de las críticas, situación que una vez más explica por la impopularidad que, insiste, traen las decisiones correctas. 

En conversación con Teletica.com, el Presidente habló de sus logros pero también de sus escándalos, de cuál es el país que hereda a la administración entrante y que proyecta a futuro, y de cómo le gustaría ser recordado cuando la historia evalúe su mandato.

A continuación, la entrevista completa.

¿Cómo se va de la presidencia? ¿Fue como se lo imaginó?

Yo termino la presidencia con la certeza del deber cumplido. Logramos estabilizar las finanzas del país, dejar la casa en orden. Logramos construir mucha infraestructura pública, obra pública en puentes, viaductos, carreteras, hospitales… Logramos también que Costa Rica fuera un líder mundial en materia de cambio climático y ambiente y todo lo hicimos defendiendo los derechos humanos. Ingresamos a la OCDE, hicimos cosas importantes en aprobaciones de leyes y defendimos al país y lo protegimos en medio de una pandemia que obviamente no estaba planificada; entonces sí, terminó con el sentimiento y la certeza de que cumplimos el deber, no solo de proteger a Costa Rica, sino proyectarla al futuro y dejando la casa ordenada.

¿Su mayor acierto en cuatro años de gestión?

Fíjese que mucho se ha dicho, nos han dicho que fuimos un gobierno improvisado o sin rumbo. Yo cuando veo el plan de gobierno que le propusimos al país en el 2017, cuando veo lo que yo dije como candidato en los debates y lo que sostuve, cuando veo lo que yo dije en mi primer discurso como presidente electo o mi primer discurso como presidente el 8 de mayo, y veo lo que se ha hecho, hay una línea de coherencia entre lo que se prometió y lo que se hizo, aquellas cosas que prometimos: una reforma fiscal, una ley de empleo público, aprobar el matrimonio igualitario, aprobar la norma técnica, llevar adelante un tren eléctrico lo más posible, ser líderes de la descarbonización. Todos esos temas que dijimos ahí fueron temas que hicimos. Yo tengo mi plan de gobierno y en él tengo muchos “checks” párrafo a párrafo de las cosas que se cumplieron.

Creo que un acierto fue esa claridad sobre qué veníamos a hacer aquí al Ejecutivo.

¿Y dónde cree usted que queda debiendo su administración?

Bueno, hay cosas que son pendientes, dos de las cosas que a mí particularmente más me hubiese gustado que se aprobaran o que avanzaran, una tenía que ver con la prohibición de la explotación y la exploración petrolera y de gas, Costa Rica tiene un modelo de sostenibilidad, no tenemos nada que ganar explotando o explorando gas o petróleo, eso está destruyendo el planeta y nuestra imagen es una imagen de proteger, eso nos haría mucho daño; y la otra es la alfabetización digital.

Nosotros tenemos fondos en Fonatel para dar conexión y conectividad a todos los estudiantes de este país y en la pandemia se reveló, quedó claro que hay muchos estudiantes, cerca de la mitad, que no tienen o equipo o Internet, eso podría cambiar, pero es esa ley que se propuso a través de la diputada Yorleny León y el MEP no avanzó, no se quiso aprobar, esos son dos grandes pendientes que yo hubiera deseado que se lograran.

¿Y la reactivación económica? ¿Eso sí se cumplió?

Yo me remitiría a los números: el año pasado, en el año 2021, con pandemia, Costa Rica creció un 7,6% su economía, no había un crecimiento de ese tipo en más de una década, es el más alto que ha tenido Costa Rica en más de diez años en el año 2021. Y lo digo, en medio de una pandemia, y además tenemos estabilidad económica en un contexto tan difícil.

Creo que más que reactivación el debate, porque reactivación los números indican que sí hubo un crecimiento económico muy importante, el tema tiene que ver más con el desempleo. Creo que el debate hay que llevarlo de un objeto de reactivación, que no tiene que ver tanto con la gente como el desempleo, ahí sí tenemos una situación. Nosotros tenemos una lucha por bajar el desempleo y bueno, vino la pandemia, la pandemia casi que lo duplicó y hoy, después de todo el esfuerzo, tanto de salud como en economía, estamos casi a los niveles de la prepandemia, se redujo el desempleo, pero ciertamente para los que viene es uno de los grandes retos y el desempleo aquí en Costa Rica tiene que ver mucho todavía con la desigualdad, con que hay mucha gente que tiene oportunidades, pero también hay mucha gente que no tiene oportunidades de educación. Hay desigualdad entre el Valle Central y el resto del país, entre hombres y mujeres. Los jóvenes tienen todavía menos oportunidades. Ese es uno de los grandes retos que tiene este país. Yo hice lo que pude en el tiempo, pero además, es uno de los temas que la pandemia prorrogó por la situación en que nos metió.

¿Pero entonces cómo explica usted que la opinión no cambie? ¿Que la reactivación se siga viendo como un pendiente?

Bueno, ustedes saben que yo nunca me he guiado por temas de encuestas o de opinión pública, por eso me remito a los datos. Los datos ahí están y son contundentes en que ha habido crecimiento económico y ha habido orden, se llevó orden a las finanzas públicas, eso conllevó a medidas difíciles que tampoco son muchas veces populares, pero que se hizo lo mejor para el país, se hizo lo mejor. Entonces ahí, más que preguntarse si eso no conllevó popularidad, la pregunta en verdad es qué era lo mejor para el país y yo estoy convencido que hicimos lo mejor para Costa Rica.

Usted siempre ha dicho que no gobernó por la popularidad y que estaba consciente del precio político que costaban las decisiones que tomó. Viendo la debacle de su partido en las elecciones pasadas, ¿sigue pensando lo mismo?

Yo estoy absolutamente convencido de lo que se hizo y que Costa Rica está por encima de cualquier cosa. Costa Rica está por encima de la popularidad, Costa Rica está por encima de partidos políticos. Yo tengo una convicción de lo que se hizo, por eso tengo mucha tranquilidad y satisfacción, me voy satisfecho de la tarea. También los números son relativos, la popularidad de las últimas tres administraciones ha sido, con altos y bajos, muy similar.


Costa Rica ha cambiado mucho, era antes un país de dos partidos, entonces o se era o no se era y la popularidad fluctuaba ahí, hoy es un país mucho más diverso. Fíjese que yo en la primera ronda del año 2018, del total del electorado fue 14% el que votó por mí, en la primera ronda que es donde uno tiene todos los candidatos y uno vota por uno, bueno 14% del electorado votó por mí y pasé a la segunda ronda. Después votó cerca de 1.300.000 personas, pero la primera ronda no fue así. Y si usted fija ese apoyo se ha mantenido desde esa primera ronda y más bien ha crecido, y si lo compara ese apoyo al gobierno, incluso era mayor, aunque no era obviamente mayoritario en opiniones, era mayor que el de cualquier otro de los candidatos o partidos políticos durante la campaña, entonces es muy relativo. Pero esta es una discusión igual, es más anecdótica, lo importante es qué se hizo por Costa Rica, independiente si se era o no popular.

Usted habla de que hubo impopularidad en las administraciones pasadas, pero a ninguna se le castiga tan duro como a la suya, a ninguna se envía ese mensaje tan contundente del electorado en la elección siguiente, que elimina al PAC del ejercicio político en el Ejecutivo y el Legislativo.

Bueno, de política no me toca hablar como presidente, tengo esa prohibición, pero yo diría que ya no hay en Costa Rica una tal cosa. Yo pensaría que el fenómeno actual en Costa Rica es que la gente vota mucho por el o la candidata y no tanto por el partido, creo que eso ha quedado demostrado incluso en la última elección. La gente no vota por colores de bandera, cada vez más se fija en las personas que ponen los partidos, creo que ese es el nuevo fenómeno que ha venido ocurriendo, entonces no creo que haya un traslado de una cosa hacia la otra.

También habla de las necesidades del pueblo desde una visión macro, más general, pero en lo micro siempre se le criticó de ser ajeno a las necesidades de los ciudadanos, de estar desconectado de la realidad, por ejemplo, impulsando una agenda de impuestos en medio de una pandemia. ¿Qué opina de eso?

Pues lo tomó con humildad. Es difícil, en una pandemia a uno le toca tomar decisiones: usar mascarillas, lavado de manos, distanciamiento, a veces cerrar actividades, obviamente eso afecta el entorno y la gente dice que es una insensibilidad, pero por ejemplo el último estudio de la Universidad de Costa Rica determinó que fueron miles de vidas las que se salvaron por las medidas que adoptó Costa Rica.

Costa Rica tiene un desempeño durante la pandemia de los mejores en el mundo, somos uno de los países que tiene más vacunación en el mundo, tuvimos uno de los menores índices de muertes por millón de habitantes, comparable con Alemania, con Suiza… Y somos un país que no es rico como ellos. Si uno en verdad quiere al pueblo, uno protege a su pueblo, y la forma de protegerlo, por ejemplo, en una pandemia, es procurando que no haya dolor en las familias por la muerte, o minimizarlo al máximo que uno pueda, y en lo económico incluso también fuimos uno de los países que menos muertes por millón tuvo, pero al mismo tiempo más crecimiento económico logró, eso dice que logramos un balance y el crecimiento económico también, ese esfuerzo es para que la gente tenga empleo.

También el Estado de la Nación determinó que el Bono Proteger evitó que la pobreza se disparara, un bono que se distribuyó y llegó a más de 700.000 personas con ayuda económica en un momento más difícil, entonces de si proteger al pueblo y estar con el pueblo una forma de hacerlo es tomarse fotos y ser cercano, pero yo creo que la forma de hacerlo era protegiéndolo en temas de vida o muerte, como en estos casos, y fue muy duro. Muchas veces la gente estaba cansada de las medidas, a veces decía que era una necedad, pero el tiempo ha demostrado que se salvaron vidas y ese era mi trabajo, ese era nuestro trabajo, evitarle el mayor dolor posible a los costarricenses.

¿Usted comparte la visión de que el mayor escándalo de su gestión fue la UPAD?

Si el mayor escándalo fue el llamado UPAD y es un escándalo que no tiene que ver con que nos robamos plata, es un escándalo que no tiene que ver, porque se decía que el Gobierno empezó a espiar gente, pero no se espió a nadie, si ese es el mayor escándalo y no se espió a nadie, el gobierno ni yo nos robamos nada, y termina siendo si un decreto está mal o bien, que nosotros reconocemos que hubo un error que no fue de mala fe, entonces si ese el peor escándalo, bueno, entonces dichosamente fue ese. No hay nadie de esta administración en la alta jerarquía que se le esté achacando que se robó un peso, o actuaba de mala fe.

De hecho las varias, porque son varias acusaciones penales que pesan sobre mi gabinete y sobre mí, son temas administrativos que se llevan por la vía penal; lo cual, aunque es duro para nosotros, hay que enfrentarlo, pero se enfrenta. También a la larga habla bien, yo puedo ver a los ojos a los costarricenses con mucha tranquilidad y decir, ‘yo no me he robado cinco, no tengo un cinco mal habido’. Es más, mi gabinete en el peor momento de la pandemia, nos bajamos el salario todos, todos nos bajamos el salario. Ningún otro poder hizo eso, solo en el Poder Ejecutivo se bajaron todos el salario en el momento más difícil de la pandemia. Yo renuncié a mi pensión, yo no tendré pensión de expresidente, me pensionaré cuando tenga la edad de 65 años. Entonces yo muy tranquilamente puedo ver a los ojos a cualquier costarricense, me quiera, no me quiera, o yo le sea indiferente, y decirle eso, en eso yo tengo mucha tranquilidad.

Pero entonces, si es algo tan superfluo, ¿le faltó pericia a su gobierno para manejar este tema?

Es posible que hubo errores ahí de perecia, ciertamente hubo un error en un decreto que desencadenó todo. Obviamente yo esos decretos no los veo, un presidente no puede leer la cantidad de todos los documentos que le corresponde firmar. Pero yo creo que también hubo mucha pericia, sí hubo esa impericia en esto, pero hubo mucha pericia de quienes quisieron afectarnos a partir de eso, que nos quisieron afectar en diferentes lugares, ahí hubo pericia pero incluso después el tiempo y el karma puso las cosas en orden para quienes nos quisieron afectar así, pero como te digo, yo eso lo asumo con mucha tranquilidad. Quien tiene confianza en su corazón, de sus actos, e incluso quien se siente que se puede poner frente al pueblo, y yo no hago estas aseveraciones mucho porque no me lo tomo a la ligera, frente al pueblo o frente a Dios, y enfrentar la verdad y no temo, mi conciencia está muy tranquila en eso.


¿Y que su casa presidencial tenga el histórico lunar de haber sido allanada dos veces?

Yo soy un demócrata y yo creo en la democracia y creo en la división de poderes, imagínense que yo hubiera hecho algo para que no haya nada, decir ‘no, esto no se puede’. Yo tengo confianza en nuestras instituciones democráticas y no tengo ningún miedo de que esculquen lo que tengan que esculcar; es más, yo siendo el presidente incluso soy el primero que tiene que poner el ejemplo, ¿que si quieren llevarse mis teléfonos?, Tomen, llévenselos, yo no tengo nada qué ocultar, ¿la computadora? Llévensela, ¿Toda mi oficina? siendo yo presidente, esculquen todo lo que quieran mi oficina, no tengo nada qué ocultar, porque si yo hubiera hecho lo contrario para que eso no pasara, el costarricense diría: ‘ese carajo está ocultando algo. 

Es inconstitucional que un presidente vaya a una interpelación a la Asamblea Legislativa, nuestra Constitución no considera la figura de la interpelación y aún así el Congreso a mí me llamó a comparecer, y ahí yo tenía que sopesar la Constitución o la claridad de los costarricenses. Yo probablemente, legal y constitucionalmente, tenía todo el derecho de no ir, pero los costarricenses otra vez hubieran dicho ‘ese carajo está ocultando algo’. Yo preferí ir a la Asamblea y durante ocho horas responder preguntas de los diputados y hablarle a los costarricenses, porque lo puedo hacer con tranquilidad, yo no me robé un cinco, yo no espié a nadie, estábamos usando no información personal, sensible, sino información anonimizada para hacer ciencia, datos y mejor política para la gente.

¿No cree que ahora la gente está diciendo tal vez no que se 'ese carajo' está ocultando algo pero que 'ese carajo' hizo algo?

La pregunta sería, ¿qué hizo este carajo? Yo lo que he hecho es trabajar, lo que he hecho es enfrentar una pandemia, ordenar finanzas públicas con un gran costo político, pero uno está en política para hacer las cosas. Mi papá me lo dijo, mi papá me dijo haga lo que tiene que hacer y no espere que se lo agradezcan, eso es muy cierto, si uno se mete aquí para ser querido, para ser aplaudido o para ser popular, puede terminar tomando las decisiones equivocadas, porque el objetivo es la popularidad y no el bien del país.

¿Y no se puede encontrar un equilibrio?

Alguien podrá, pero mi experiencia es que teníamos muchas decisiones postergadas de mucho tiempo, que casualmente no se adoptaban pensando en que eran muy impopulares. Evadimos hacer la tarea, casualmente por el miedo a tomar las decisiones difíciles, el miedo de que había que ponerle impuestos al sector empresarial para que fuera más solidario, había miedo a eso, el miedo a quitar los pluses o algunos privilegios de los empleados públicos, porque eso los podía molestar, el miedo de tomar decisiones en favor de los derechos humanos que podía molestar a un sector, digamos, religioso llamémoslo, muchas de esas decisiones se postergaron por los miedos sí, a incomodar, a no ser popular con muchos sectores, un miedo electoral, pero eso estaba deteniendo cosas buenas para el país.

Entonces yo siempre lo comparo, para mí la analogía más clara es la analogía del padre y su hijo o su hija. Si uno lleva a su hijo a vacunarse o al médico o al dentista, el niño o la niña no les gusta generalmente, y uno les cae mal y se enojan con uno, pero si uno por caerle bien no lo lleva al médico, no lo lleva al dentista, no va a la escuela porque no le gusta levantarse temprano, y uno consciente eso para no ser impopular, uno está echando a perder a su propio hijo. Hay veces que hay que hacer lo correcto y también la experiencia dice que cuando ese niño crece, ven hacia atrás y dice ‘mamá, papá tenían razón’.

Pero su discurso da a entender que no hay forma de hacer lo correcto y tener el respaldo de la gente, entonces uno se pregunta, ¿cómo lo hacen los gobiernos que sí lo logran?

No sé, como te digo, para mí el tema de la aceptación, la popularidad, no es una prioridad para mí.


¿Cómo cree que va a ser recordado usted y su administración?

Creo que como un gobierno responsable. Yo lo que tengo la convicción es que lo que hicimos ahora le abrió un futuro a esta generación y a la próxima, le abrimos futuro a la protección de la Isla del Coco, por ejemplo, estamos protegiendo 30% de nuestro océano. Hoy el parque Isla del Coco es más grande que la Costa Rica continental, eso es un legado para la humanidad y para nuestros hijos e hijas en un mundo de cambio climático y de pérdida de biodiversidad. Eso hoy mucha gente puede que no lo valore, eso es un legado natural igual que la reforma, por ejemplo, de las pensiones, el eliminar la pensión anticipada y que todos nos pensionemos a los 65 años, eso le va a dar sostenibilidad a las pensiones, por ahora, hasta el año 2050, Costa Rica es uno de los pocos regímenes de pensiones que tiene una sostenibilidad tan amplia. Las finanzas públicas sanas, nueva infraestructura… Le estamos abriendo campo al futuro, rompimos con una inercia, creo yo, entonces esperaría que mínimo sea recordado como responsable.

¿Pero si usted reconoce que no fue popular, por qué cree que sería recordado de buena forma?

Pues como te digo, no es mi prioridad, tampoco es mi prioridad gobernar para pensar cómo van a recordarse de mí, eso no es lo mío, yo sé bien lo que yo hice, el impacto que tiene en el país. Eso es lo mío, yo no vine aquí para buscar ser querido, para ser querido tengo a mi familia y a mis amigos, y yo para querer tengo a mi familia y mis amigos y tengo a Costa Rica, porque yo quiero a este país.

¿Qué va a pasar con usted a partir del 9 de mayo?

Voy a descansar un tiempo y luego me pondré a trabajar o a emprender, en cuestión de unos meses, como también renuncié a mi pensión no es como que me puedo quejar indefinidamente económicamente.

¿En el país?

Buscaré opciones, todavía no hemos definido eso.