Por Juan José Herrera |1 de diciembre de 2021, 12:18 PM

El presidente Carlos Alvarado defendió, este miércoles, la institucionalidad y criticó “los caminos fáciles” en su discurso por la conmemoración de la abolición del ejército.

El mandatario aprovechó la celebración para demostrar el orgullo que, dijo, deben tener todos los costarricenses por vivir en un país sin fuerzas armadas, pero también para criticar y retar a quiénes no apoyan las ideas del Ejecutivo.

“Si renunciamos a las armas, tenemos que abrazar otras herramientas y la mayor herramienta son las ideas, que sea esta una provocación para que emanen las ideas porque faltan, las nuestras están ahí, pero si no son aceptadas y son rechazadas, que las pongan”, dijo.

La afirmación llega horas después de que el candidato presidencial de Liberación Nacional, José María Figueres, confirmara que la agrupación no respaldará los proyectos de ley que conforman el acuerdo de financiamiento con el Fondo Monetario Internacional, una agenda que no puede avanzar sin los 17 votos liberacionistas en el Congreso.

Alvarado cuestionó también que hay sectores que, lejos de defender y fortalecer la institucionalidad, quieren reducir el Estado.

“(El Estado) es ineficiente, es incompetente y muchas veces es corrupto, pero ¿eso es excusa para desmantelarlo? ¿Para dejarlo como está? Hay que corregirlo y tomar decisiones difíciles para corregirlo y hay que hablar con claridad de qué se quiere hacer.

“¿Vamos a echar debajo de la alfombra lo que nos incomoda o le vamos a entrar de lleno?”, aseveró, al tiempo que felicitó al ministro Rodolfo Méndez Mata por su rendición de cuentas en medios de los escándalos de corrupción en obra pública.

También aprovechó para criticar al mundo por esas “verdades incómodas” que Costa Rica sí puede cuestionar, como el hecho de que en los últimos años el gasto militar y la inversión nuclear han aumentado, mientras no hay financiamiento para combatir el cambio climático.

“Eso es una realidad, incomodísima, pero es la verdad”, dijo.

“El camino fácil no lleva a ningún lado, no me imagino qué tan difícil pudo haber sido la abolición del ejército cuando se decía era imposible, hoy una gran realidad”, finalizó.