24 de abril de 2013, 4:28 AM

 Jaqueline como como cualquier madre, declara sentir un amor muy grande por sus hijas, al punto de considerarse sobreprotectora. Sus tres hijas ya crecieron, pero su necesidad de estar tan pendiente de ellas no cesó.

Esa misma actitud la tiene ahora con sus nietos, y aunque asegura que por el cariño con el que lo hace no es negativo para ellos, sí reconoce que el amar demasiado, podría tener ciertas consecuencias.

Según la psicóloga Kathie López, los padres de familia deben entender que son seres humanos separados y no tienen que elegir por ellos.

Hay muchos ejemplos que no son sanos, desde algo tan pequeño como decir “el niño tiene frío o sueño” sin saber la realidad. En este caso las mamás se anticipan a las necesidades, buscando resolver un problema, tal vez inexistente.

Algunas madres, incluso hacen los trabajos de la escuela de sus hijos, desarrollando una inutilidad e incapacidad y generando una dependencia absoluta.

Estos comportamientos puede perjudicar al hijo, una vez que tiene que enfrentar algunas situaciones y debe tomar sus propias decisiones, ya que durante toda la vida se les quiso eximir del dolor.

Al ser posesivos, luego hasta cuesta aceptar a una tercera persona, como una novia o una esposa. Ante todo lo más recomendable es tener un equilibrio, un amor sano y darles las herramientas para que afronten la vida sin miedo.