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Sochi, la metamorfosis de una ciudad por los Juegos Olímpicos

El complejo más impresionante es sin duda el Parque Olímpico construido a orillas del mar Negro, en un espacio antes sin ninguna edificación.

Por AFP Agencia |28 de octubre de 2013, 3:14 AM

SOCHI, 28 octubre 2013 (AFP) - En una avenida del centro de Sochi, Nikolai Biriukov está contento por las grandes obras que ha vivido la ciudad en los últimos años para albergar los XXII Juegos Olímpicos de invierno, que comienzan en 100 días: "Todo ha cambiado, la imagen de la ciudad, la gente, el ambiente".

Este hombre de cabello gris, muy orgulloso de que Rusia acoja los Juegos del 7 al 23 de febrero de 2014, vive en Sochi desde hace quince años y constata que la ciudad ha sufrido "una metamorfosis".

Tras su elección como sede en 2007 para la organización de este gran evento, Rusia se ha lanzado a grandes obras en esta estación balnearia a orillas del mar Negro, que hasta ahora casi carecía de instalaciones deportivas de alto nivel.

El resultado es visible nada más se aterriza en su aeropuerto, totalmente nuevo. Cinco anillos olímpicos gigantes se han instalado frente al edificio de la terminal, con las montañas del Cáucaso de fondo. Las carreteras también son nuevas y se han construido edificios e intercambiadores de transporte.

Construcciones ultramodernas

El complejo más impresionante es sin duda el Parque Olímpico construido a orillas del mar Negro, en un espacio antes sin ninguna edificación. Cinco edificios ultramodernos que acogerán los deportes de hielo (hockey, patinaje, curling...) rodean al estadio Fisht, único recinto todavía en obras y que acogerá las ceremonias de apertura y clausura.

Apartamentos para acoger a los atletas, hoteles y restaurantes han aparecido en el paisaje urbano de este territorio de 256 hectáreas, que podrá reunir a más de 70.000 personas. Trabajadores de las obras ultiman la puesta a punto, sobre todo en las carreteras y los espacios verdes.

La ciudad cuenta también con una nueva estación de tren, una impresionante construcción de cristal, que se ha edificado frente al Parque Olímpico, cerca del aeropuerto.

A unos cincuenta kilómetros de allí, en la localidad de Kranaia Poliana, se encuentra el núcleo de las sedes de montaña, que acogerá las pruebas de nieve. Todas las instalaciones olímpicas (trampolín de esquí, pista de bobsleigh...) están preparadas, pero hay edificios, especialmente hoteles y otros alojamientos, que no están terminados.

Los complejos de instalaciones de "mar" y "montaña" están unidos por una nueva carretera y una nueva línea de tren, ya utilizadas en algunas ocasiones. La apertura al público está prevista para finales de año. Permitirán estar al pie de las montañas en una media hora, cuando antes, por la vieja carretera, se llegaba en una o dos horas.

La particularidad de Sochi es "la zona compacta y la unión de mar y montaña, todo ello en un espacio pequeño", explica a la AFP el urbanista ruso Oleg Kozinski, que vive en esta ciudad de 400.000 habitantes.

"No conozco otro ejemplo en el mundo donde se haya conseguido levantar en un plazo tan corto una infraestructura urbana y deportiva tan potente", añade, subrayando que esta situación ha provocado "problemas naturales".

Impacto social

Habitantes y grupos ecologistas han denunciado los daños que ha sufrido el medio ambiente y el ecosistema del Cáucaso del Norte, especialmente por la construcción de 77 puentes y 12 túneles.

La urbanización a gran velocidad de esas zonas ha creado un "impacto social comprensible", cuenta Kozinski.

En opinión de algunos habitantes, las grandes obras emprendidas para los Juegos Olímpicos han supuesto un golpe para la estación balnearia creada en Sochi durante la época de los zares, a finales del siglo XIX, y cuyo desarrollo se aceleró en los años de Josef Stalin y en los siguientes años de la Unión Soviética.

"Antes, era muy bonito. Sochi era realmente una ciudad termal y por eso venía mucha gente", declaró a la AFP Mijail Karamanian, de 18 años.

"Pero ahora es realmente fea. Han transformado la ciudad en una megalópolis. Antes era mucho más bonita", añade este joven habitante, que admite sin embargo que en el lugar existe "un gran orgullo" por ser sede de los Juegos.