Por AFP Agencia |26 de julio de 2017, 9:39 AM

Una gran confusión reinaba este miércoles por la noche en la sede de la Asociación Internacional de Boxeo Aficionado (AIBA) en Lausana (Suiza), donde los opositores al presidente taiwanés Ching-Kuo Wu, miembro influyente del COI, trataron de hacerse con el poder.

El boxeo olímpico ha vivido a lo largo de su historia varios episodios escandalosos, sobre todo por resultados 'sorprendentes' en algunos combates debido a decisiones arbitrales de jueces que después fueron sancionados por corrupción,  pero lo vivido en la AIBA este miércoles es aún más inaudito.

La veintena de trabajadores de la federación en Lausana no pudieron acceder a su puesto de trabajo, ya que trabajadores de la empresa Securitas bloquearon la entrada al edificio de la AIBA, situado en la Casa de los Deportes de la ciudad, desde por la mañana.

En la puerta de las oficinas colgaba un documento redactado en inglés, firmado por un Comité Ejecutivo Interino (CMI) y dirigido a la veintena de empleados de la entidad.

"Queridos trabajadores: El comité ejecutivo de la AIBA ha probado una moción de censura contra el actual presidente, Ching-Kuo Wu", se lee en la misiva.

"También se ha puesto en marcha un Comité Ejecutivo Interino (CMI) que gestione la entidad y organice un congreso extraordinario. A ese efecto, se ha decidido cerrar, durante este periodo de transición, las oficinas para el resto de semana y ofrecer tres días de vacaciones a los empleados", agrega la nota.

Según los testimonios recogidos en el lugar de los hechos, los trabajadores no fueron avisados de esta medida y se encontraron con las oficinas cerradas, además de varios coches de policía estacionados frente al edificio.

Por la noche, los agentes de seguridad seguían haciendo guardia en las puestas del edificio, selladas con bandas adhesivas, constató un periodista de la AFP.

En un comunicado transmitido a la AFP, la dirección de la AIBA "condena firmemente la reciente táctica del comité ejecutivo, actuando bajo el nombre de un 'Comité Ejecutivo Interino' no reconocido".

Este "intento ilegal de tomar el control de la organización no solo conlleva un prejuicio al trabajo de la AIBA y de sus empleados, sino que además amenaza la celebración del Mundial de Hamburgo" previsto para agosto, añadió el texto.

Esta disputa se produce al día siguiente de la reunión del comité ejecutivo en la que se volvió a reclamar la dimisión de Ching-Kuo Wu, descartada por éste con el argumento repetido desde Rio-2016 de que la asociación está en "una nueva era basada en los valores de integridad y transparencia".

Acusaciones de corrupción y mala gestión.

La AIBA expulsó a 36 jueces tras los Juegos de Rio-2016, en los que el arbitraje estuvo "por debajo del nivel esperado", en medio de sospechas de corrupción.

Desde hace varios días, el todavía responsable de la AIBA, el taiwanés Ching-Kuo Wu -al frente de la federación desde 2006-, está acusado por su mala gestión. 

Los opositores de Wu, entre los que se encuentra el francés Terry Smith o el canadiense Pat Fiacco, culpan a la AIBA de cometer irregularidades financieras agregando que la entidad está al borde de la quiebra.

En un comunicado hecho público el martes, la federación anunció que la auditoria financiera realizada por el grupo KPMG fue aprobada por el comité ejecutivo, entonces reunido en Moscú.

En un comunicado, el Comité Olímpico Internacional (COI), del que Ching-Kuo Wu es un influyente miembro, aseguró seguir muy de cerca los acontecimientos en la AIBA.

El COI recordó que bloqueó su contribución a la AIBA tras Rio hasta que la instancia "reforzó su programa de lucha antidopaje" y que encargó una auditoría en diciembre de 2016 "sobre las cuestiones relativas a la mala gestión financiera en el pasado".

El COI aseguró que necesita "más informaciones" sobre las decisiones tomadas por el comité ejecutivo en Moscú para determinar "si son necesarias más acciones".