Por AFP Agencia |18 de octubre de 2019, 8:24 AM

¡A trabajar! Luego de una primera fase sin obstáculos, Nueva Zelanda se mide a Irlanda en cuartos de final, el sábado en el primer escollo para los All Blacks en su camino a un tercer título consecutivo de campeón del mundo de rugby.

El combinado de Oceanía acabó la fase de grupos sin inmutarse: tres victorias cómodas frente a Sudáfrica (23-13), Canadá (63-0) y Namibia (71-9) y el encuentro anulado contra Italia. Los defensores del título vivirán en Tokio su primer test verdadero en casi un mes.

Porque el XV del Trébol sabe lo que tiene que hacer: los irlandeses, que disputan por séptima vez los cuartos de final de un Mundial, vencieron a los All Blacks en dos ocasiones en los últimos tres enfrentamientos (victorias 40-29 en 2016 y 16-9 en 2018, derrota 21-9 en 2016).

El problema para ellos es que los neozelandeses también saben cómo actuar en estas alturas de la competición: al contrario que Irlanda, que nunca ha superado la ronda de cuartos, llevan doce años sin perder en una Copa del Mundo.

Además, los hombres de Steve Hansen llegan en plena forma. Y descansados. Llevan sin jugar desde el 6 de octubre, cuando arrasaron a los namibios, y su último partido serio fue el 21 de septiembre con una victoria convincente ante los Springboks (23-13), en el primer duelo de la fase de grupos.

"Con el pitido final una selección se marchará a casa. Es una Copa del Mundo, es así", resumió Hansen. "Nosotros mismos lo vivimos en 2007, cuando fuimos eliminados (en cuartos de final por Francia 20-18) y no hay ninguna garantía de que no nos vuelva a pasar otra vez. Irlanda nunca ha pasado de cuartos de final, va a dar el máximo para no volverse a casa. Nosotros también", añadió.

- Aprovechar la oportunidad -

Ambas selecciones se conocen bien y, en opinión del apertura irlandés Jonathan Sexton, la diferencia estará en los detalles. "Habrá que ser muy realista: cuando tengamos una oportunidad, habrá que tomarla", explicó el mejor jugador del mundo en 2018, pieza clave del juego irlandés.

"Sabemos hasta qué punto estos partidos están apretados, lo hemos visto estos últimos años, es un desafío emocionante", aportó el capitán neozelandés, Kieran Reid, que pondrá fin a su carrera internacional tras la cita japonesa.

Los irlandeses podrían haberse facilitado las cosas a sí mismos, pero para ello no tenían que haber perdido contra Japón (19-12). Con su derrota ante la selección local, el XV del Trébol acabó segundo de su llave y quedó emparejado con Nueva Zelanda, antes de medirse en unas eventuales semifinales contra Inglaterra o Australia.

Irlanda, poco convincente a lo largo del torneo, no podrá contar con su centro Bundee Aki, suspendido por un tackle peligroso en el duelo ante Samoa.

Los All Blacks, de su lado, tienen tanto talento que pueden permitirse dejar al polivalente Sonny Bill Williams (34 años, 55 partidos internacionales) en el banquillo o al centro Ryan Crotty (31 años, 47 partidos internacionales) en la grada.

"Estamos en una buena posición, pero al final lo que cuenta es el sábado", opinó el hooker irlandés Rory Best. "Lo que cuenta es qué equipo va a llegar a imponer su plan de juego y a gestionar la presión de un partido de eliminación directa", añadió.