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Fabiano de Paula, el tenista de las favelas

Con 18 años estaba en su mejor momento, Fabiano ingresaba al circuito profesional como el número uno de Brasil, pero tuvo que parar.

Por AFP Agencia |13 de agosto de 2013, 4:03 AM

RÍO DE JANEIRO, 13 agosto 2013 (AFP) - Como todo niño de favela, Fabiano de Paula soñaba con ser una gran estrella del fútbol. Pero el tenis se le atravesó en el camino y 13 años después, como profesional, comienza a abrirse paso entre los mejores de Brasil.

Entre las escalinatas, casas amontonadas y marañas de cables en la gigantesca favela Rocinha de Rio de Janeiro, de 70.000 habitantes, Fabiano pasa desapercibido, una primera señal de cómo este deporte, por lo general reservado a las élites, poco importa en los barrios más pobres del país, donde la obsesión es el fútbol.

"No hay mucha ayuda ni oportunidades, pero las cosas están mejorando, sobre todo con la perspectiva de los Juegos Olímpicos de 2016. En las favelas como ésta hay muchos jóvenes que tienen talento, sólo faltan oportunidades. Si las hubiera, descubriríamos nuevos Fabianos, nuevos Gugas" Kuerten, el mejor tenista en la historia de Brasil, dice el joven de 24 años a la AFP.

Fabiano, 224º en el ranking de la ATP, disputó este año sus primeros grandes torneos internacionales: jugó sus primeras fase de fases de clasificación (qualy) del Abierto de Australia y de Wimbledon -fue eliminado en ambas- y ahora se prepara para debutar en Estados Unidos.

Conoció a su ídolo Guga (Gustavo Kuerten) en la inauguración, en noviembre de 2012, de una cancha de tenis en Rocinha junto al número uno del mundo, el serbio Novak Djokovic.

"Es casi increíble para quienes ya jugamos ver a un chico de una favela compitiendo. Sabemos lo duro que es llegar aquí, es loable lo que está haciendo y es maravilloso para el deporte", dijo Kuerten a la AFP.

El recogepelotas

Fabiano tenía 11 años cuando tocó por primera vez una pelota de tenis, como el recogepelotas de un lujoso hotel cerca de Rocinha, favela que fue reconquistada por las autoridades en noviembre de 2011 tras décadas en control del narcotráfico.

"No me lo tomaba en serio, era para ayudar en la casa, porque mi sueño era ser jugador de fútbol", confiesa Fabiano, que comparte la misma pasión por el deporte rey que todos sus compatriotas brasileños.

Su madre, Fátima, lo llevaba de madrugada desde Rocinha y luego lo buscaba en la tarde. El pago eran tres reales la hora, que equivalen hoy a 1,32 dólares. "Los fines de semana salía con 20 reales, que para un niño era bastante", recuerda.

Aprendió viendo, aprovechando cuando un alumno faltaba y el profesor dedicaba tiempo a los recogepelotas, y peloteando en el frontón. A los 15 años, dos socios del club donde trabajaba le ofrecieron apoyarlo para ingresar a un equipo de competencia.

En Rocinha hay varios profesores de tenis y recogepelotas, pero sólo Fabiano es profesional y tiene al tenis como carrera.

Con 18 años estaba en su mejor momento, Fabiano ingresaba al circuito profesional como el número uno de Brasil, pero tuvo que parar.

Top 100

Tres años, uno en el servicio obligatorio del ejército y dos sin entrenar por falta de patrocinantes, hicieron retroceder a Fabiano un par de escalones en su carrera. A los 22 volvió al tenis profesional y sólo en 2013 disputó sus primeros torneos de Gran Slam.

"Este año es mi primera vez prácticamente en todo. Jugué los primeros ATP, jugué Australia, Wimbledon y ahora US Open. Es mi primera en Estados Unidos", explica el joven que toma clases de inglés. "Me defiendo pero aún no es fluido", asegura.

Su mamá cuida niños y su papá trabaja en un bar de Rocinha. "No tenemos dinero para acompañarlo", dice un poco melancólica Fátima en la sala de la casita que lograron comprar en la favela. "Pero cuando juega aquí vamos con todos los vecinos e hinchando como en el fútbol", continúa esta mujer, que confiesa entender poco del deporte.

"Sólo sé cuando anota un punto y ahí celebro", lanza con una carcajada.

Fabiano entrena todo el día y estudia mercadeo de noche.

¿El próximo Guga? Es poco probable, por no decir imposible.

Kuerten ganó el primero de sus tres Roland Garros en 1997 con 21 años. Los otros dos los ganó en 2000 y 2001.

El objetivo es claro: Fabiano quiere llegar algún día al equipo brasileño de Copa Davis y en un año entrar en el ranking de los mejores 100 del mundo. "Y de ahí a los 50 y seguir bajando. Es un sueño, falta bastante y estoy trabajando para eso", afirma.