Por Juan José Herrera |1 de abril de 2016, 3:08 AM

La desaparición del equipo Coopenae-Extralum-Economy evidenció una vez más el contraste que vive el ciclismo costarricense, aupado por los logros deportivos de sus corredores dentro y fuera del país pero acosado por la sombra del dopaje y la creciente falta de recursos.

En una disciplina donde abunda el talento pero escasean los patrocinadores, la salida de una de las formaciones más sólidas y exitosas de los últimos años reaviva la crisis que desde hace meses enfrenta el deporte de los pedales.

“Mientras a nivel deportivo vivimos la que posiblemente es la mejor época del ciclismo costarricense, con corredores de muchísima categoría, procesos menores y resultados en todas las pruebas; a nivel de apoyo y salud financiera los problemas siguen. 

"Cuando mejores ciclistas tenemos, es cuando más problemas económicos enfrentamos”, sentenció Óscar Herrero, la cabeza detrás del equipo Nestlé-Giant, que hace muy poco vio cómo la Junta de Protección Social, su principal patrocinador, le cerró las puertas a la disciplina luego de años de colaboración.

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Coopenae, que dentro de ese gran momento deportivo también colaboró al convertirse este 2016 en el primer equipo con licencia continental de Costa Rica, sucumbió luego de que se revelara que cuatro de sus ciclistas arrojaron pruebas positivas en los controles antidopaje de la pasada Vuelta a Costa Rica.

“Dios tiene un propósito para todo, si no logramos estrenar esa licencia es por algo. Ahora le tocará a otros tomar la batuta en esa lucha por hacer profesional al ciclismo de Costa Rica”, aceptó Daniel Muñiz, gerente deportivo del hoy ya extinto conjunto.

Muñiz reconoció que en esa decisión pesó la presión de los patrocinadores ante los resultados analíticos adversos pero también la ética del equipo, que impedía pasar por alto una situación como esta a pesar de que en 2012 Josué González ya había sido sancionado por dopaje.

“El caso de Josué es diferente, en ese momento entendimos cómo fue qué pasó todo y comprendimos que se trató de un error del equipo, una novatada de todos. Ahora no tenemos explicaciones, seguimos tratando de comprender cómo llegó esa sustancia a los ciclistas”, defendió Muñiz.

Sin embargo, el gerente fue enfático en negar que la salida de su equipo sea un antecedente más para ese panorama oscuro del ciclismo nacional, pues según él la proliferación de agrupaciones en el país y el creciente desarrollo de atletas le auguran un horizonte glorioso a la disciplina.

Duro golpe

Tan extensivo es el golpe de la salida del Coopenae-Extralum-Economy al ciclismo como lo es a su pelotón, que desde este martes se quedó sin unas de las formaciones que más animó las carreras de ruta y montaña en los últimos años.

“Perdemos un rival en carretera y un grupo de amigos fuera de ella. La salida de un tradicional siempre es dura y sobre todo preocupante, aun cuando sigamos viendo esas caras en la caravana”, añadió Óscar Herrero.

“Su salida repercute de muchas formas y la competitividad es una de ellas. Es una pérdida para todos”, finalizó el director del principal rival de Coopenae en la historia reciente.

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El anuncio también dejó sin trabajo a 11 ciclistas élite (incluyendo los cuatro sancionados) y otros juveniles, que desde ya tocan puertas en busca de una nueva casa.

“A todos les agradecimos su confianza y trabajo durante su tiempo con nosotros, las dificultades y las alegrías. Les explicamos nuestras razones y las entendieron, después les abrimos las puertas para que busquen un nuevo equipo”, dijo Muñiz.

El gerente explicó que a todos se les respetará su contrato y se les mantendrá durante lo que dure esa búsqueda, que espera que sea breve.

Búsqueda

La situación tampoco pasa por alto para equipos como Pizza Hut, que no solo buscan refuerzos de talento en carretera sino también una ayuda a la billetera.

“Es una situación difícil pero también una oportunidad, el ciclismo puede salir fortalecido de esto, puede enmendar errores y cerrar portillos. Los muchachos que salieron tienen las puertas abiertas para volver a su casa, y la posibilidad de que esas marcas se mantengan en la disciplina siempre existe”, afirmó el director técnico de los pizzeros, Albin Brenes.

Brenes de hecho se enfrentó a una situación similar a la de Coopenae hace ya cuatro años, cuando el dopaje le arrebató a tres de sus ruteros y posteriormente perdió a uno de sus principales patrocinadores: el Banco de Costa Rica.

“Es una situación compleja y cada quien la trata como mejor le parece (ante la disolución de Coopenae). La diferencia con nosotros hace unos años es que Pizza Hut tenía una historia y una estructura diferentes, una tradición”, finalizó.

Sin Coopenae, el deporte de los pedales apostará al fortalecimiento de equipos menos tradicionales para desarrollar nuevas rivalidades y promover el espectáculo, tal y como ya hizo Frijoles Tierniticos, que con la llegada de los hermanos Rojas ya exhibe en sus vitrinas una corona en la Vuelta a Costa Rica.