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En apenas tres días, la lluvia muestra la urgencia de un techo para el US Open
Este miércoles, nuevas precipitaciones obligaron a interrumpir la jornada a poco de haber comenzado.

Por AFP Agencia |28 de agosto de 2013, 10:22 AM
NUEVA YORK, 28 agosto 2013 (AFP) - Como si no hubiesen bastado cinco años consecutivos de finales postergadas, la lluvia volvió a mostrar en el inicio de la edición 2013 del Abierto de tenis de Estados Unidos la necesidad de un estadio con techo móvil, anunciado recién para 2017.
En apenas tres jornadas, la lluvia ya se hizo presente en dos ocasiones en el US Open, empezando por la cancelación el lunes por la noche del esperado debut del suizo Roger Federer en la tradicional sesión nocturna en el estadio principal, Arthur Ashe.
Este miércoles, nuevas precipitaciones obligaron a interrumpir la jornada a poco de haber comenzado.
A diferencia de otros torneo de Gran Slam como el Abierto de Australia o Wimbledon, el US Open no tiene aún ninguna pista con techo móvil, aunque el pasado 15 de agosto se anunció un proyecto de este tipo para el estadio Arthur Ashe que estará listo en 2017.
El plan de renovación del complejo Billie Jean King (el nombre oficial de Flushing Meadows) incluye la construcción de un nuevo estadio Louis Amstrong, el segundo más importante, también con un techo retráctil.
Si bien el calendario marca 2017 como fecha prevista para la inauguración del techo en la pista central, los organizadores afirmaron que existe la posibilidad de que ya puedan disputarse partidos en la edición 2016 utilizando la nueva estructura.
Para los espectadores el mal tiempo trae frustración y muchas veces impotencia, ya que no solo está la bronca de no poder ver tenis, sino también la posibilidad de ni siquiera lograr un cambio de billetes.
Un ejemplo de esto ocurrió el lunes por la noche, ya que de los dos partidos programados sólo se disputó el primero de ellos, en el que la estadounidense Serena Williams demolió a la italiana Francesca Schiavone 6-0 y 6-1 en una hora exacta de juego.
Según las reglas de política de cambio de boletos, la sesión nocturna se completó al haberse disputado un partido entero.
Un historial rico en ediciones pasadas por agua
La lluvia y el US Open son dos viejos amigos, como lo muestra la guía para la prensa del torneo, de 273 páginas y que incluye un detallado capítulo dedicado al tema.
El torneo finalizó más allá de su fecha prevista en 18 ocasiones desde 1935, cuando hombres y mujeres comenzaron a jugar en forma combinada y simultánea, según estadísticas de la organización.
El récord de la postergación más larga lo tiene la edición de 1938, con seis días, luego de que un huracán arrasara la costa este de Estados Unidos dejando más de 500 muertos.
El US Open también vivió épocas relativamente 'secas', con 21 años entre 1987 y 2008 sin postergar sus finales, aunque eso no significó que no hubiese lluvias.
Los años 2003 y 2006 fueron en efecto particularmente pasados por agua, con varias sesiones canceladas. En 2006, los organizadores tuvieron que proceder a 64.000 cambios de billetes.
El pionero en materia de techos móviles entre los torneos de Gran Slam es el Abierto de Australia, que cuenta desde 1988 con ese tipo de infraestructura en su estadio principal Rod Laver.
Wimbledon se le sumó en 2009, lo que le ha permitido desafiar el mal tiempo y alargar los partidos a falta de luz natural.
El célebre torneo británico anunció en abril pasado la construcción de un segundo techo que equipará a la pista número uno a partir de la edición 2019.
El otro Gran Slam, Roland Garros, trabaja en la renovación de su predio y la instalación de esa infraestructura, aunque en París los organizadores enfrentan la oposición de los residentes locales por el supuesto daño ambiental que provocaría el proyecto.