Christian Coleman: un joven prodigio con la reputación manchada
A finales de agosto se conoció que había cometido tres faltas a sus obligaciones sobre la localización antidopaje, lo que le exponía a una suspensión que frustaría sus sueños mundiales y olímpicos
"No es una buena publicidad para el atletismo", admitió en las pasadas semanas el presidente de la Federación Internacional de este deporte (IAAF), Sebastian Coe. Se refería al caso de las faltas de localización para controles antidopaje de Christian Coleman, joven talento de 23 años coronado este sábado en los 100 metros del Mundial de Doha.
La imagen de Coleman era la de un atleta con unas dotes naturales impresionantes para la velocidad, un 'niño prodigio' de las pistas con muchos números para optar al trono vacante dejado por Usain Bolt en este deporte.
Pero a finales de agosto se conoció que había cometido tres faltas a sus obligaciones sobre la localización antidopaje, lo que le exponía a una suspensión que frustaría sus sueños mundiales y olímpicos.
Finalmente, el 2 de septiembre se decidió no sancionarle, al constatarse el error en el registro de una de las fechas. Sus faltas se habían producido en un plazo superior a un año, por lo que se renunciaba a continuar con el expediente sancionador.
Aunque no fue suspendido, el nombre de Coleman quedaba manchado al asociase a un asunto relacionado con el dopaje y los motivos de esas faltas disparaban especulaciones y dudas.
Desde el inicio de su caso, Coleman ha optado por el gesto serio, la firmeza y por no hablar demasiado.
Lo hizo en un vídeo en las redes sociales en el que ajustó cuentas con la Agencia Estadonidense Antidopaje (USADA) por un caso que le hizo acaparar titulares en todo el mundo.
"Es una vergüenza para la USADA que este caso se haya hecho público (fue revelado por el diario británico Daily Mail), que pidan a los atletas seguir un reglamento que ellos mismos no entienden", afirmó el velocista en ese vídeo.
En Instagram, Coleman se presentó como el "mayor abogado para un deporte limpio".
"Nunca he dado positivo y nunca daré positivo", sentenció.
El viernes, tras las series de los 100 metros en Doha, era el atleta más perseguido en la zona mixta, donde deportistas y periodistas coinciden, pero él pasó sin decir palabra.
Muchos recordaban una anécdota, la de que cuando fue elegido al consejo de alumnos de su escuela primaria sin hacer ningún discurso.
- Pasión por el football americano -
La historia de Coleman hasta el caso de sus tres faltas era una historia de éxito.
Subcampeón mundial en Londres-2017 por delante de Usain Bolt (bronce) con apenas 21 años, este exestudiante de la Universidad de Tennessee tuvo una progresión meteórica.
En 2018 conquistó el título mundial bajo techo en los 60 metros y ya nada parecía poder parar su ascensión, hasta las últimas semanas tan convulsas que tuvo que vivir.
Hijo de una profesora y de un funcionario del estado de Georgia, Coleman estudió en una escuela religiosa y fue educado con valores cristianos.
La historia podría haber sido muy diferente si sus pasos no hubieran sido reconducidos hacia el atletismo en vez a la que era su primera opción y su primera pasión, el football americano.
Seguramente no pueda cumplir nunca su sueño de niño de ser una estrella de la NFL, pero puede presumir de ser el hombre más rápido en la prueba reina del atletismo.