16 de febrero de 2022, 13:05 PM

Información de Voz de América, parte de la Alianza Informativa Latinoamericana.

El crimen organizado le toca la puerta al béisbol, uno de los deportes más populares en Venezuela. 

Los delincuentes cobran millonarias sumas a las academias infantiles por cada joven que logra ser firmado por las grandes ligas.

En Venezuela, el crimen organizado le toca la puerta al béisbol, el deporte más popular del país. Delincuentes cobran millonarias sumas a las academias infantiles por cada joven que logra ser firmado por las grandes ligas.

"Mira que tenemos a toda tu familia plenamente ubicada e identificada, al igual que a ti", se escucha en uno de los audios de uno de los supuestos criminales.

Así amenazaban delincuentes a un hombre cercano al entrenador venezolano Alexis Quiroz, propietario de una academia de béisbol en la zona central del país, quien según los criminales se había negado a pagar una extorsión. Después de la difusión de este audio en 2020, Quiroz debió salir del país junto a su familia; pero el suceso no se trató de un hecho aislado.

"Vemos por ejemplo que, en 2017, el grandeliga más importante de Venezuela como es Miguel Cabrera, sale dando unas declaraciones en un video donde dice que él estaba cansado de pagar vacunas o de ser extorsionado", dijo Ronna Rísquez, Jefa de Investigación portal Runrunes.



Desde las cárceles de Venezuela, los reos manejan redes dedicadas a ubicar a talentos infantiles y juveniles en el béisbol que puedan ser contratados por equipos en el exterior, tal y como lo reveló una investigación periodística.

“Una academia tiene un pelotero que es firmado por más de un millón o por "x" cantidad de dólares, entonces, esa academia, por esa firma, debe pagarles una cantidad de dólares a estas bandas", explicó Ronna Rísquez, Jefa de Investigación portal Runrunes.

La extorsión puede estar por el orden del 3% al 10% del valor del contrato del beisbolista. En al menos cinco estados del país, las bandas cobran a las academias que forman a futuros jugadores profesionales por funcionar en las zonas que ellos controlan.

"Piden entre 50 y 100 mil dólares a los dueños de las academias para no hacerles nada, por seguridad. Es una extorsión para dejarte operar en mi territorio", añadió Rísquez. 

Algunas de estas amenazas han tenido un desenlace trágico. El año pasado un preparador físico de béisbol fue asesinado por negarse a pagar a delincuentes un porcentaje del contrato del pelotero al que entrenaba.

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