Por José Fernando Araya |22 de junio de 2018, 3:25 AM

Se acabó la historia mundialista de La Sele en Rusia 2018. La historia fue corta y será apenas para una breve anécdota de un gran partido ante Brasil y así quedará en el recuerdo de las participaciones mundialistas.  

Pese a que alrededor de la Selección Nacional y en el país persistía el recuerdo de Brasil 2014, lo cierto es que el equipo dirigido por Óscar Ramírez nunca llegó a contar con el beneplácito de todos los sectores.

La eliminación de La Sele de Rusia 2018 no hace más que resaltar un resultado esperado tras un proceso que no cumplió las expectativas.

A continuación, le damos un repaso a algunos síntomas que presentó el camino a Rusia 2018 y que desembocaron en el mal resultado obtenido en el Mundial. 

-Óscar Ramírez sin confianza de la afición.

La preparación rumbo a Rusia comenzó con un tropiezo al nombrar a Paulo Wanchope, técnico que duró poco y pese a que ganó la Copa Centroamericana inmediatamente después de Brasil 2014 se terminó yendo por un escándalo en Panamá.

De ahí se nombró a Óscar Ramírez, entrenador que, a pesar de su éxito en el ámbito local, carecía de experiencia internacional. Además, nunca ha tenido el beneplácito de la afición que desde el día uno hasta hoy ante Brasil se le ha criticado por su forma de juego timorata.

Los cambios poco ofensivos y lo predecible del accionar de La Sele, unido a los malos, resultados marcaron el tortuoso camino del Machillo en el banquillo hasta la fecha.

-Falta de buenos resultados en torneos importantes

A la Copa América Centenario 2016 se fue con muchas aspiraciones y salvo un buen partido ante Colombia, La Sele decepcionó ante Paraguay y Estados Unidos.

Luego vino la Copa Centroamericana al año siguiente, en la cual la Tricolor llegaba a revalidar el título, pero terminó perdiendo el certamen en una de las peores actuaciones de la historia. Pese a no contar con los titulares es obligación ganar el certamen, por lo que el cuarto puesto no fue suficiente.

Para la Copa Oro se mejoró el papel con triunfos importantes ante Panamá y Honduras, pero se cayó en semifinales ante un Estados Unidos muy superior.

La eliminatoria fue un sube y baja, pues se clasificó bien, pero dejando mucho que desear en los últimos partidos de la hexagonal, salvando un empate ante Honduras de local y cayendo en Panamá como visitantes.

-Nula evolución del sistema de juego

Hay que ser sinceros, desde hace cuatro años La Sele juega a lo mismo. Desde la salida de Jorge Luis Pinto –quien dejó una estructura ya armada– la Selección cayó en lo redundante en su parado y variantes tácticas.

Wanchope quiso cambiar a línea de cuatro, pero el equipo nunca se llegó a ajustar, por lo que se volvió a apostar por regresar a los cinco defensores.

De ahí, el sistema no volvió a sufrir un cambio trascendental y de lo mostrado en Brasil 2014 solo varió el nombre de los protagonistas. Nos volvimos predecibles.

-Bryan dependencia

La Selección Nacional mostró a lo largo de este proceso una dependencia de su jugador Bryan Ruiz.

Si Bryan entraba conectado, La Sele se veía bien. Si el jugador faltaba o simplemente no era su día, Costa Rica perdía en variantes ofensivas y manejo del juego. Urge conseguir otra variante para suplir al capitán.

-Escasa propuesta en ataque por parte de la Tricolor

La cuota goleadora se redujo a lo que lograra hacer Marco Ureña, único hombre en punta en casi todo el proceso, y las jugadas de táctica fija que terminaron en vitales cabezazos como el de Kendall Waston en Honduras o la de Francisco Calvo ante Irlanda del Norte.

Al Mundial solo llevó a un hombre en punta (Ureña) y la apuesta ofensiva recayó en futbolistas con la pólvora mojada y que no juegan en esta posición como Johan Venegas o Joel Campbell.

En juegos como ante Panamá y Honduras en el Estadio Nacional, La Sele se vio limitada en respuestas y variantes de ataque, lo que comenzó a preocupar a los expertos.

-Flojo rendimiento en el momento cumbre: solo tres victorias en los últimos 14 encuentros

La Sele llegó a Rusia con solo tres victorias en los últimos 14 partidos disputados entre amistosos y el cierre de la eliminatoria.

Pese a que se goleó a Irlanda del Norte (3-0) en el juego de despedida, la última victoria verdaderamente contundente fue ante Estados Unidos (2-0) en setiembre anterior.

Luego de eso se empató ante México (1-1) y Honduras (1-1), se perdió ante Panamá (1-2) por las eliminatorias y se cayó ante España (0-5), Hungría (0-1), Túnez (1-0), Inglaterra (2-0) y Bélgica (4-1) en los amistosos previos a Rusia 2018.

Solo se ganó a Escocia por la mínima; además de caer ante Serbia (1-0) y Brasil (2-0) en la Copa del Mundo.

-Mal momento de la base de futbolistas de La Sele

Para el Mundial de Rusia varios jugadores de la Tricolor no mostraron su mejor cara o nivel.

Incluso algunos de ellos tuvieron difíciles temporadas en sus clubes que terminaron dando señales de que el nivel no sería el más óptimo.

Incluso destacaron diferentes panoramas, tales como:

Celso Borges fue uno de ellos, quien descendió con el Deportivo La Coruña en España y su rendimiento dejó mucho que desear en Rusia 2018.

Otros como Cristian Gamboa, Yeltsin Tejeda y Joel Campbell llegaron a la Copa con muy pocos minutos a cuestas.

Johan Venegas, a quien Ramírez defendió a muerte, terminó siendo suplente en el campeonato nacional tras estar en la MLS y así fue a Rusia.

Además, llevó a Christian Bolaños quien llegó al Mundial con 180 minutos de juego en los últimos tres meses.

Bryan Ruiz, el cerebro de la Tricolor, no llegó en su mejor nivel al certamen debido a que arrastraba varias lesiones que lo mermaron en su juego.

Keylor Navas, Giancarlo González, Óscar Duarte y Francisco Calvo fueron excepción a la regla y llegaron en su mejor nivel.

-Mal clima que rodeó a La Sele en las últimas semanas

Las últimas semanas en el campamento mundialista de La Sele no han sido precisamente color de rosa.

Rumores externos de roce de jugadores y una mala convivencia entre ellos sacaron de sintonía al equipo y la afición.

El camerino y la Fedefútbol le dieron más importancia a chismes y rumores que en el planteamiento de los partidos.