Por Julio Naranjo |4 de junio de 2016, 9:43 AM

Orlando, Florida. “Ver a La Sele en Estados Unidos es como tener mi familia y mi tierra aquí, para mí Costa Rica es todo”, decía Jesús Valverde, de Tortuguero, quien tiene seis años de estar cumpliendo su sueño americano.

El sentimiento de Valverde, es el mismo que embargaba a unos 10 mil aficionados que se vinieron al estadio Camping World de la ciudad de Orlando, Florida, para ver a la Tricolor debutar ante Paraguay en la Copa América Centenario.

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El rojo de los ticos se distinguió de forma considerable del guaraní. Los costarricenses fueron mayoría, vivieron al máximo una fiesta que pocas veces se repite y por eso había que sacarle provecho.

El “oeeeee, oe, oe, ticos, ticos” se podía escuchar desde cualquier lugar, al tiempo que otros aprovechavan para degustar platillos típicos costarricenses: tamales de cerdo, arroz con pollo, picadillo de papa, empanadas…

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Ni que decir de los refrescos de marcas nacionales que eran insuficientes para bajar el sofocante calor, característico del verano estadounidense.

La sensaciones de los aficionados ticos eran de agradecimiento, era como volver a sus raíces.