Por AFP Agencia |26 de junio de 2016, 15:11 PM

East Rutherford, Estados Unidos | La selección de Chile volvió a amargar a la Argentina de Lionel Messi y se consagró bicampeona al vencerla nuevamente por penales 4-2 en la Copa América Centenario gracias a un magistral Claudio Bravo y un fallo de la Pulga', tras igualar 0-0 en los 120 minutos.

La final revancha, muy caliente y con poco fútbol, tuvo dos expulsados por el árbitro brasileño Heber Lopes, Marcos Rojo por Argentina y Marcelo Díaz en Chile, en un estadio Metlife de East Rutherford (Nueva Jersey, este de Estados Unidos) repleto con 82.026 espectadores.

En la tanda de penales, Nicolás Castillo, Charles Aranguiz, Jean Beausejour y Francisco Silva marcaron para Chile, mientras que Sergio Romero atajó el disparo de Arturo Vidal.

Del lado argentino, convirtieron Javier Mascherano y Sergio Agüero, mientras que Messi envió su remate a las nubes y Bravo contuvo el disparo de Lucas Biglia.

Con su triunfo, obtenido del mismo modo que en el torneo del año pasado organizado en casa, Chile logró emular a Brasil de Perú-2004 y Venezuela-2007, último bicampeón.

Argentina, de su lado, sigue con su maldición de 23 años sin títulos desde la Copa América de Ecuador-1993 y sumó su tercera final consecutiva perdida luego del Mundial Brasil-2014 y la edición 2015 del certamen.

El equipo de Juan Antonio Pizzi fue de menor a mayor, porque tras perder en el debut ante la albiceleste encadenó cuatro triunfos, entre ellos la sublime goleada 7-0 a México en cuartos de final, y este domingo no fue dominado por su rival.

Chile tuvo además al goleador del torneo, Eduardo Vargas, con 6 tantos.

De poco sirvió que la Argentina de Gerardo Martino hubiese ganado 2-1 los últimos dos enfrentamientos entre ambos, en marzo pasado por las eliminatorias mundialistas de Rusia-2018 y en el debut de ambos en este mismo torneo el pasado 6 de junio.

Higuaín y sus fantasmas.

Los dos salieron con su once estelar, ya que Martino recuperó a Di María, desgarrado en la fase inicial, y Pizzi a Vidal y Díaz, que se habían perdido la semifinal ante Colombia el primero por lesión y el segundo por acumulación de tarjetas amarillas.

Si bien a los 15 segundos Ever Banega casi sorprende a Bravo con un gol desde el vestuario mediante un remate bajo y cruzado que se fue apenas desviado, el inicio fue impreciso y más peleado que jugado en el mediocampo.

De a poco, Chile se adueño del balón con Vidal, Aránguiz y Díaz con José Pedro Fuenzalida y Alexis Sánchez por las bandas, aunque le faltaba profundidad.

Argentina estaba agazapada y pasados los 20 tuvo una ocasión increíble tras un grueso error de Gary Medel que le dejó la pelota servida a Gonzalo Higuaín para que se fue solo hacia el arco.

Sin embargo, como si hubiesen reaparecido los fantasmas de los goles errados en las anteriores finales contra Alemania y Chile, el delantero del Nápoles y goleador infalible de la liga italiana remató desviado ante un Bravo desesperado.

El árbitro protagonista.

Pudo haber sido un duro golpe para Argentina, pero a los 28 minutos el árbitro empezó su show y la Roja se quedó sin Díaz, expulsado por doble amarilla por dudosa falta sobre Messi, a quien un rato antes había bajado con dureza para ganarse la primera cartulina.

Lejos de aprovechar la ventaja numérica, la albiceleste entró en la confusión propuesta por Chile, que no pateó el arco en la primera etapa, y la final se desvirtuó de la mano de un referí que perdió el control.

Tras amonestar a Mascherano y Vidal en una escaramuza, y a Messi por simular una falta, el brasileño le mostró roja directa al lateral izquierdo Marcos Rojo por una entrada al 'Rey Arturo" y todo volvió como a un principio.

Las expulsiones obligaron a reacomodar los equipos. Martino bajó a Mascherano de segundo central y Ramiro Funes Mori en el lugar de Rojo, con Biglia como volante central. Pizzi movió a Aránguiz a la posición de Díaz para marcar a Messi.

Descalabro y prórroga.

Chile se plantó mejor en el nuevo escenario con más posesión, lo que obligó al 'Tara' a efectuar un cambio táctico, con el ingreso de Matías Kranevítter por un Di María disminuido para equilibrar el mediocampo.

En un partido descalabrado y con muchos espacios, cada uno dispuso de una gran ocasión para quedarse con todo.

A los 79', el goleador Vargas estuvo a punto de definir la historia en una escapada que concluyó con una remate bajo rechazado por Sergio Romero.

Del otro lado, Agüero, ingresado por Higuaín unos minutos, tuvo la suya a los 85 tras una descarga de la 'Pulga', pero su disparo se fue a las nubes.

La última fue para Alexis Sánchez, cuyo remate fue bloqueado desde el piso por Funes Mori, y el partido se fue al alargue.

Allí, Vargas volvió a estar cerca con un cabezazo a las manos de Romero tras centro de Edson Puch, que había reemplazado a Fuenzalida, y Bravo salvó de manera milagrosa ante un testazo del 'Kun' Agüero de emboquillada.