Por Confidencial Digital |21 de diciembre de 2019, 3:22 AM

Carlos F. Chamorro para Confidencial Nicaragua 

La Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia y la Unidad Nacional Azul y Blanco, presentaron este jueves una propuesta unificada de reformas electorales.

La propuesta se basa en la premisa de que la reforma debe estar precedida de la liberación de todos los presos políticos, y el restablecimiento de las libertades democráticas que han sido conculcadas por el régimen.

En una entrevista a cuatro manos, Juan Sebastián Chamorro, director ejecutivo de la Alianza Cívica, y Félix Maradiaga, miembro del Consejo Político de la Unidad Nacional, delinearon el papel de estas dos organizaciones como “bloque fundacional” para la creación de una gran coalición democrática nacional. Un nuevo proyecto político que definen como “no electorero”, “amplio y sin exclusiones”, para brindarle gobernabilidad al país después de desalojar del poder a la dictadura Ortega Murillo.

¿Qué significa esta propuesta conjunta entre la Alianza Cívica y la Unidad Nacional Azul y Blanco, sobre reformas electorales? ¿Es un medio para la acción política, o un planteamiento programático?

Félix Maradiaga (FM)- Es un primer gran paso para la coalición. Los esfuerzos de unidad no se limitan a un esfuerzo electoral, no se puede ir a elecciones bajo las condiciones actuales de represión, bajo el hecho de que hay paramilitares que impedirían cualquier ejercicio de las libertades; pero hay una tarea, a veces un poco engorrosa, y esta propuesta conjunta ha sido el resultado de un trabajo de muchos meses, no solamente de la Unidad y la Alianza, sino también del Grupo Promotor de Reformas Electorales.

Alguna gente pregunta cómo están hablando de propuestas de reformas electorales, si no están las condiciones políticas, no se ha liberado los presos políticos, ni se han restituido las libertades democráticas; y en los dos diálogos nacionales, el régimen ni siquiera ha discutido el tema electoral.

Juan Sebastián Chamorro (JSCH)- Esto es una moneda con dos caras. La primera es la lucha por la justicia y la democracia, pasa por la liberación de los presos políticos y la restitución de los derechos y garantías ciudadanas; y la otra es asegurar una posición de consenso, las dos organizaciones, y, segundo, este sistema electoral que es una necesidad para Nicaragua.

En ese sentido, es más que todo un elemento programático, más que una posición negociadora. Las madres de los presos políticos mandaron un mensaje: lo primero es la restitución de derechos y garantías, la liberación de los presos políticos; y este tema de reformas electorales, hay que hacerlo eventualmente para que no vuelvan a haber presos políticos y para que los derechos constitucionales prevalezcan para siempre en Nicaragua.

Libertad de los presos y restitución de libertades

¿Cómo se logra llenar esas condiciones políticas, si el propio jueves después que se presentó esta propuesta, y cuando las madres quisieron expresarse fuera del Hotel Intercontinental en Metrocentro, fueron agredidas, vos mismo fuiste agredido por la Policía, y también los periodistas? 

JSCH- Precisamente, eso refuerza que es importante la primera cara de la moneda, es decir, no podemos estar en una sociedad en donde la Policía reprime de esa manera tan salvaje a las madres de los presos políticos. Queremos mandar un mensaje a la nación: La solución al problema acá, tiene que pasar por un consenso nacional, unas elecciones libres, transparentes, adelantadas, con un sistema electoral transparente, y con eso se puede conseguir una solución de consenso. Pero a lo que llegó ahí la Policía es a repartir palo.

¿Cuáles son las fuentes de presión política para presionar al régimen y lograr esta reforma que ustedes están planteando?

FM- La presión que más lastima al régimen es la unión de la sociedad nicaragüense de cara a una transición democrática. El ejercicio de las reformas electorales es más una calistenia de esa coalición, yo creo que hay total claridad de ambas organizaciones de que no hay condiciones en este momento. Sin embargo, la unidad que pueda tener el pueblo nicaragüense frente a la dictadura, es algo que realmente les debilita. 

La enorme mayoría de la población no quiere a Daniel Ortega, pero no tiene en este momento una plataforma de unidad que les pueda representar en ese esfuerzo de transición hacia una Nicaragua de libertad, de paz, de justicia, y precisamente este es un esfuerzo concreto en donde la Unidad y la Alianza Cívica muestran un primer gran paso en esa coalición.

La coalición no termina en la Unidad y la Alianza, es fundamental que a esta coalición, que es un proceso en construcción, se le deben sumar otros actores sociales y políticos.

Si hay unidad de criterio en temas programáticos, ¿entonces qué impide que se forme esta coalición? ¿Es un problema de estrategia política? ¿Es un problema de organización? ¿De liderazgo?

JSCH- Esto es un proceso de construcción de confianza; más que irse a tomar una foto y firmar un documento, aquí tiene que haber confianza, yo creo que la Alianza Cívica y la Unidad Nacional Azul y Blanco hemos consolidado bastante esa confianza; obviamente hay otras organizaciones en el espectro político que tienen que ser incorporadas.

No queremos llegar a este proceso y que después se rompa, la unidad es lo más importante en este momento, y hay diferencias de criterios. Lamentablemente hemos encontrado posiciones, a veces, de personas que dicen —con vos no me siento, pero con el otro sí—, y así sucesivamente. Ha sido un trabajo en la cual hay que estar trabajando día a día, tratar de tender estos puentes, y vamos a llegar una consolidación de una coalición.

Afortunadamente, los 20 puntos de la Unidad, los 15 puntos de Cosep, el decálogo de la Alianza, se parecen mucho entre ellos, yo creo que desde el punto de vista programático no creo que vaya a haber diferencias. Pero hay temas, naturalmente, que tenemos que conversarlos: una casilla nueva, una casilla existente, cómo se conformaría la alianza, cuáles deberían ser las ponderaciones de la importancia que tengan las distintas organizaciones. Esos son temas que tal vez no se notan públicamente, porque son internos de la conformación de una coalición, que la estamos discutiendo. 

¿Cuáles son los plazos políticos? ¿Han tenido encuentros con los partidos políticos? ¿Cuál es la estrategia para conformar esta coalición y para ejercer esa presión que lleve a estas reformas?

FM- Desde la Unidad Nacional vemos la coalición en tres momentos: el primero es la coalición alrededor del rescate de todas las libertades cívicas y la libertad de los presos políticos; hemos incorporado a la Asociación de Familiares de Presos Políticos que nos han acompañado en algunos momentos del proceso; una segunda fase de esa coalición, es estrictamente electoral, por ejemplo, el tema de la casilla, donde hay también conversaciones, incluso de naturaleza técnica en materia de reforma electoral; y el tercer momento, es la Nicaragua pos-Ortega, ese contrato social de un país, que nunca más vuelva a haber el derramamiento de sangre entre hermanos.

Uno de los daños colaterales que hace la dictadura, es que no permite el ejercicio de las alternativas democráticas en tiempos de paz, entonces muchos temas que estaban pospuestos en la discusión, por ejemplo: con el sector privado, con partidos políticos sin personería, con distintas tendencias ideológicas, con diversos grupos de sociedad civil; esa conversación se está dando hasta este momento.

El principio fundamental es que no queremos una coalición que solamente sea electorera, queremos una coalición para la construcción de una Nicaragua en democracia. Y ese es el proceso que tomará algunas semanas, pero las coincidencias fundamentales ya están dadas.

Coalición democrática amplia, sin exclusiones, con partidos políticos

La coalición tiene como punto de partida estas dos agrupaciones, ¿involucra a otros sectores, gremios, partidos políticos, sectores no organizados? ¿La Alianza y la Unidad van a decir dónde termina esta coalición?

JSCH- Yo creo que lo va a determinar el nicaragüense que quiera adherirse a esta coalición. La posición de la Alianza Cívica es que no debe haber exclusiones de ninguna índole, aunque el bloque fundacional de esta coalición lo conformamos la Unidad y la Alianza, porque estamos prácticamente en una sesión permanente de trabajo, tenemos una instancia de Consejo Político de la Unidad Nacional y del Consejo Ejecutivo de la Alianza Cívica.

La posición de la Alianza es que estas dos organizaciones tienen que abrirse al espectro más amplio de todos los actores nicaragüenses, demócratas, que quieran un cambio en Nicaragua, y eso incluye partidos políticos, organizaciones sociales, organizaciones que no están dentro de las que hemos mencionado.

Yo quisiera que fuera lo más amplia posible, porque esta no es una coalición en una categoría de un bloque ideológico, esta es una elección plebiscitaria más parecida a un sí y a un no a la dictadura, y que, por lo tanto, tenemos que entrarle todos los nicaragüenses.

Hemos notado en las visitas al territorio, de que estas diferencias entre las distintas organizaciones se diluyen cuando ven las necesidades de cada uno en los municipios y de las comunidades. Entonces, tenemos que trascender a una coalición lo más amplia posible, y yo estoy convencido de que esto se va a dar.

Esta no es una coalición electorera. El objetivo es, para comenzar: la liberación de los presos políticos; la ejecución de acciones para la restitución de derechos; efectivamente conseguir estas reformas electorales de las que hemos hablado; ir a elecciones y; refundar un nuevo país en base a esta visión programática que ya la compartimos todas las organizaciones.

La propuesta de reformas pretende abrir el sistema político, que haya flexibilidad para que se puedan incorporar nuevos partidos, coaliciones, etc., pero el régimen en este momento tiene cerrado el sistema político. Apartando los partidos abiertamente colaboracionistas, hay varios partidos que tienen personería jurídica, cada uno de ellos podría ser un elemento de dispersión de sumatoria a este proyecto. ¿Esta propuesta de coalición implica incorporar a todos los partidos políticos, han tenido alguna interacción con ellos?


FM- Esa es una discusión que se está dando en este momento. Creo que la Alianza Cívica lo ha dicho de manera muy transparente a la opinión pública nicaragüense, han tenido una gira de conversaciones con los partidos.

Nosotros, como Unidad Nacional, no hemos iniciado ese periplo, creemos que, si estamos dispuestos a dialogar con el tirano, tenemos que estar dispuestos a dialogar entre los mismos hermanos nicaragüenses, en una sociedad en donde nadie puede tirar la primera piedra, y estar libre de pecado frente a la tiranía, cuando hubo once años en donde muchos sectores no tuvieron el comportamiento más adecuado, de firmeza frente a la dictadura.

En el caso específico de la Unidad Nacional, sucede que nosotros somos una Asamblea Ciudadana, y tenemos una estructura asamblearia, que hace nuestro proceso de toma de decisión no sea tan ágil como quisiéramos. Entonces, dentro de esa Asamblea, existe un mandato de agotar al máximo posible la búsqueda de una casilla independiente. Hay reconocimiento dentro de la Unidad Nacional de que ese es un objetivo muy complejo, creemos que con un mecanismo de presión interna, desobediencia civil, presión internacional; y además de eso, encarnando los anhelos de la revolución cívica de abril, tenemos que insistir en lo fundamental de una reforma electoral profunda y de nuevos partidos políticos que puedan competir.

Desde la Unidad Nacional, tenemos alguna preocupación de que nuestra Asamblea pueda interpretar la asociación muy temprana con partidos políticos como una especie de conformismo frente a esa búsqueda de una casilla independiente. Eso lo hemos hablado con mucha transparencia y agradecemos que la Alianza lo ha comprendido muy bien.

JSCH- El sistema actual legal viene de una tradición larga en Nicaragua de bipartidismo, y que ahora ya se convirtió en partido hegemónico, con el Frente (Sandinista). Entonces la reforma electoral que estamos proponiendo en conjunto, persigue eliminar esas barreras a la competencia, y flexibilizar la formación de organizaciones políticas, de tal manera de (terminar con) ese flagelo del bipartidismo o del partido hegemónico, que tiene son satélites y zancudos. La reforma persigue revisar los mínimos porcentajes para perder la personería jurídica; la suscripción popular; los criterios que hacen que estos vestigios de bipartidismo sean eliminados. 

¿Están preparados para enfrentar una situación en la que el régimen se cierre a que no haya una elección competitiva? ¿A que no haya una reforma electoral? ¿O incluso, la eventualidad de que no haya elecciones y que convoquen, con algunos de los partidos colaboracionistas, a una Asamblea Constituyente, o a cualquier otra forma de cerrar el espacio a una elección competitiva?

FM- Se han analizado todos los escenarios y hemos concluido de que hay una alta probabilidad de que no se den las condiciones adecuadas y, por esa razón, la unidad, la coalición de todas las fuerzas democráticas, mucho más allá de la alianza, es fundamental, porque independientemente de los escenarios que se enfrente: reformas minimalistas; un escenario, un poco más lejano, de reformas amplias; o incluso, uno similar al de Bolivia; en cualquiera de esos diversos escenarios se requiere que la población nicaragüense esté unida, esté consolidada y que tengamos organización territorial. Son aspectos que se han discutido, y hemos preferido, a veces, ir a un paso un poco más lento, de cara a poder tener ese tipo de consensos.

En Bolivia, la OEA certificó el fraude electoral en el que directamente se vio involucrado Evo Morales. ¿Aceptaría Daniel Ortega alguna participación de la OEA en las demandas de reformas electorales, que están planteadas de antes y las que están planteando ustedes? ¿O está la OEA fuera del escenario de estas reformas?

JSCH- El Gobierno tiene un memorándum de entendimiento vigente con la OEA, que se vence ahora en enero, muy probablemente esto no va a ser renovado.

La información que hemos tenido, es que donantes que han estado históricamente en el tema de democracia, no han recibido ni una sola señal de parte de la dictadura, en los últimos seis meses, de agilizar proyectos de reformas democráticas. Así que, lamentablemente, creo que se está moviendo en un escenario de mayor dureza, y por eso es que es importante hacer este tipo de planteamientos de reformas, y si llegamos al momento de las elecciones y no hay cambio, evidentemente hay que valorar la posibilidad de participar o no. Pero antes de eso es importante poner cuáles son tus planteamientos programáticos, expresarlo a la comunidad internacional.

El jueves pasado estaban prácticamente los más importantes representantes de la comunidad internacional en Nicaragua, y se llevaron el mensaje de que se está haciendo una propuesta seria, técnicamente sólida, que es la demanda de hace muchos años. Entonces, si estas reformas no caminan por falta de voluntad política de parte del Gobierno, que es lo que existe en este momento, tendríamos que reevaluar el hecho de participar o no.

Las sanciones de EE. UU. a Rafael Ortega y DNP Petronic

El Departamento del Tesoro del Gobierno de Estados Unidos, impuso una nueva sanción contra Rafael Ortega Murillo, hijo de la pareja presidencial, operador principal de la empresa DNP Petronic y, por el otro lado, de las relaciones económicas del régimen con Venezuela y con Cuba. ¿Esta sanción, qué impacto tiene en esta propuesta que están haciendo ustedes de presionar al régimen hacia una reforma electoral?

FM- Creemos que este es un régimen dictatorial, que no muestra una voluntad política por sí solo, y que requiere la máxima presión internacional. Los frentes de lucha son esencialmente, el frente intero nacional, ciudadano; el frente político que implica este tipo de conversación alrededor de una coalición; pero también la presión internacional. 

Y las sanciones les duelen y, particularmente esta sanción que acabamos de ver ahora es un ejemplo de que dentro de la caja de herramientas de la comunidad internacional todavía pueden venir muchas sanciones, la comunidad internacional incluso ha reservado muchas otras de las baterías de sanciones que se podrían dar, como lo indica, por ejemplo, la carta del congresista Albio Sires y el congresista Rodney, donde dan un ejemplo de las muchísimas otras sanciones que podrían darse en Nicaragua. Creemos que, la presión internacional acompañada de la cohesión interna de todas las fuerzas de la oposición es lo que nos puede dar una luz al final del túnel.

DNP Petronic había hecho una operación de maquillaje, incluso le habían cambiado el nombre, habían descentralizado las estaciones de combustible. ¿Puede evadir una sanción del Departamento del Tesoro como esta?

JSCH- La respuesta es no. DNP Petronic desapareció, para fines prácticos, DNP Petronic no va a poder operar de ninguna manera, creo que el tema de las gasolineras es solamente la fachada de lo que hay detrás de DNP Petronic. Petronic es una empresa importante en el mercado de hidrocarburos; importa una gran cantidad de hidrocarburos; vende al mayoreo a distribuidores, a través de sus canales de distribución, a empresas del Estado, a ministerios. 

¿Puede tener un impacto en el sistema eléctrico nacional?

JSCH– Habría que ver cuánto le suministra de búnker a las plantas eléctricas, pero como hay también importadores privados, se podría resolver. El golpe aquí es fundamentalmente a las finanzas de la dictadura, lo que está significando la desaparición de Petronic, porque, reitero, este negocio desapareció, con esta sanción, es una muerte civil, las instituciones financieras con quien tenían relaciones van a tener que llegar, en sacos, a darle los depósitos que tenga esta empresa, y van a tener que liquidarla, como liquidan las empresas típicamente sancionadas, DNP Petronic no es la excepción. 

Y va a ser un duro golpe a las finanzas de la dictadura, y por eso los sancionadores saben adónde, de dónde viene esta plata y para donde va esta plata, y por eso hacen este tipo de sanción. Esto no es una sanción a Nicaragua, esta es una sanción al Gobierno represor que tememos, y por eso es que vemos la fila de buses, ahí está documentado también los paramilitares recogiendo combustible en estas gasolineras. Así que va a ser un duro golpe para la dictadura, más allá del que ya había tenido la sanción popular de reducir las compras a DNP Petronic, en las gasolineras.

El siguiente paso: un programa y organización territorial 

Volvamos al inicio de esta entrevista, ¿cuál es el siguiente paso para formar esta coalición?

FM- El siguiente paso es ampliar la coalición a otros actores sociales y políticos, es una conversación que ya está en marcha. Además de eso, es avanzar en otros puntos que conjuntamente hemos definido: consolidar en una sola propuesta de contrato social para Nicaragua la propuesta de los 15 puntos del Cosep, los 10 puntos de Alianza Cívica; y los 20 puntos de Unidad Nacional; está también el trabajo de organización territorial, que ambas organizaciones están haciendo muy fuertemente y; obviamente, la presión internacional conjunta, que ha venido dando resultados precisamente porque se le está dando a la comunidad internacional lo que habían venido pidiendo, que era mayor coordinación en ese tipo de incidencia internacional.

¿Qué cambia que se forme o no esta coalición, para efectos prácticos, para la liberación de los presos, para efecto de la restitución de las libertades públicas?

JSCH- Desde hace varios meses la Alianza Cívica y la Unidad Nacional hemos venido trabajando juntos en acciones de protesta, la mayor parte de las convocatorias, de los piquetes, de las marchas, son en conjunto. De tal manera que sí hace un cambio que podamos hacer una coalición, lo más amplia posible, y marca una diferencia frente a un Gobierno represor, que definitivamente no tiene la voluntad política.

Esto manda un mensaje importantísimo, además, a la ciudadanía nicaragüense de que aquí no hay posiciones personales, egoístas, sino que estamos trabajando todos por el país. Y yo creo que las demás organizaciones, más allá de la Alianza y de la Unidad, hacemos una invitación, que seamos parte de esta coalición, porque la unión hace la fuerza. Yo soy un convencido de que esta gran coalición va a dar los frutos que todos esperamos.

¿Dónde calza en ese proceso el sector privado? El sector privado a través de sus gremios está presente en la Alianza Cívica. ¿Los grandes empresarios, los pequeños empresarios, forman parte de este proyecto?

FM- El sector privado es parte esencial de cualquier proyecto de construcción de una nueva nación. Obviamente, en la fase estrictamente político-electoral, creo que va a ser difícil, si no imposible que las Cámaras propiamente dichas participen, pero la Unidad Nacional reconoce que Nicaragua requiere de liderazgo de un sector privado que genere prosperidad incluyente para generación de empleo, en un país en donde la principal sanción que estamos viviendo es la familia dictatorial que ha causado la pérdida de 400 000 empleos, el exilio de más de 120 000 nicaragüenses, un colapso del sistema educativo, un colapso de la Seguridad Social. Y, naturalmente, ha sido parte esencial el sector privado del diálogo interno, en el diseño de ese modelo de coalición. No solamente el sector privado, los sectores sociales, los sectores de las comunidades minoritarias, hemos incluido a comunidades originarias del Caribe, a grupos de jóvenes, de mujeres, estudiantes, campesinos, es decir, el modelo de la sociedad incluyente que se requiere en una coalición exige la participación de los más diversos sectores de la sociedad.

JSCH– Yo creo que el ejemplo que ha dado la Alianza Cívica en estos casi 20 meses, es un ejemplo de la importancia que tiene el concurso de todos los sectores. En la Alianza Cívica hemos estado trabajando: sector privado, campesino, estudiantes, sindicatos, sector social, Costa Caribe; y ese es un ejemplo, un microcosmos de esa unidad que es tan necesaria en Nicaragua, deponer posiciones sectarias, y decir ¿en qué me puede aportar esta persona?, ¿en qué me puede aportar este sector?, ¿qué se puede ayudar para una causa común?

Algo que no se habla mucho de toda la historia de la Alianza Cívica y, asombrosamente, cómo ha mantenido esta unidad de sectores, creo que es un ejemplo. Y ese ejemplo es el que queremos llevar precisamente a la coalición, que lo vislumbramos, no solamente opositora, sino que también teniendo un papel importante en el futuro que viene.

Publicado originalmente en Confidencial.