Por AFP Agencia |21 de junio de 2022, 17:19 PM

El ala cerrada de los Tampa Bay Buccaneers, Rob Gronkowski, anunció este martes su retiro de la Liga Nacional de Football Americano (NFL) por segunda vez, clausurando la posibilidad de jugar una campaña más con el estelar mariscal de campo Tom Brady.

Futuro miembro del Salón de la Fama y considerado por muchos como uno de los mejores alas cerradas de la historia, Gronkowski, de 33 años, se retiró por primera vez en 2019 después de ayudar a los New England Patriots a ganar su sexto Trofeo Vince Lombardi.

Ausente en la temporada 2019-2020, Gronkowski salió de su retiro para reunirse con Brady, su excompañero de equipo en los Patriots, y fue una figura fundamental para ayudar a Tampa Bay a conquistar el Super Bowl en la campaña 2020-2021.

El martes, sin embargo, Gronkowski dijo que su segundo retiro era permanente.

"Quiero agradecer a toda la organización de los 'First Class' Buccaneers por un viaje increíble, confiando en mí para volver a jugar y ayudar a construir un equipo campeón", señaló Gronkowski en un comunicado en Instagram.

"Ahora regresaré a mi casa de retiro, me alejaré del football nuevamente con la cabeza en alto sabiendo que di todo lo que tenía, bueno o malo, cada vez que salí al campo. Pasé del retiro a jugar de nuevo a ganar otro campeonato y ahora, de nuevo, a relajarme, gracias a todos", destacó.

Por su parte, Brady, quien tuvo un entendimiento casi telepático con Gronkowski durante sus temporadas juntos en New England y Tampa, fue uno de los primeros en ofrecerle sus felicitaciones.

"Te amo compañero de equipo y amigo", escribió Brady en Instagram. "Único en todos los sentidos".

"Gronk" era conocido por su efervescencia e irreverencia dentro y fuera del campo.

Sin embargo, su comportamiento alegre enmascaraba a un competidor feroz cuyo tamaño y atletismo lo hacían prácticamente imposible de dominar en su mejor momento.

Con las habilidades como receptor abierto y el tamaño físico y el poder de un liniero ofensivo, Gronkowski era difícil de manejar en cualquiera de los roles que requería el puesto de ala cerrada, confundiendo a los defensores rivales y colocándolo entre los mejores que jamás hayan jugado en esa posición.

Sin embargo, el físico trajo consigo una larga lista de lesiones y conmociones cerebrales, que incluyeron ligamentos desgarrados en la rodilla derecha, lesiones en el tendón de la corva, una vértebra fracturada, un pulmón magullado, una hernia de disco y dos fracturas de antebrazo.


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