Aaron Hernández: Una historia de talento y oscuridad en la NFL
Hernández fue uno de los jugadores con mayor proyección en el Draft de 2010 y sentenciado a cadena perpetúa en 2015.
Para el exjugador de los Patriotas de la NFL, Aaron Hernández, uno de los objetivos de su paso por la liga profesional del futbol americano era “ser un modelo a seguir para la comunidad latina”, sin embargo, dejó un legado controvertido y lleno de tragedia tras su muerte.
Hernández fue elegido para vestir los colores de los Patriotas en 2010, luego de una exitosa carrera universitaria en Florida.
Como parte de la franquicia de Nueva Inglaterra, el exjugador se ganó un campo en la estelar de los Patriotas, fue figura para el equipo liderando por la leyenda Tom Brady y en el 2012 estuvo presente en el Super Bowl en el que su equipo cayó ante los Gigantes.
Tras culminar tres temporadas, demostrando su habilidad como receptor y contribuyendo al éxito de los ‘Pats’, su vida personal opacó todo su éxito deportivo.
En 2013, Hernández fue arrestado y acusado del asesinato de Odin Lloyd, un jugador semiprofesional y amigo cercano.
Dos años después de que iniciaron las audiencias en su contra, el hasta entonces estrella de la NFL fue sentenciado a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional por asesinato en primer grado.
Pese a esta declaratoria, la nueva vida de Hernández como privado de libertad no fue lo más trágico de la historia. Ya que, el exala de la NFL, fue hallado sin vida el 19 de abril de 2017 en su celda.
A finales de ese mismo año, tras analizar estudios que se realizaron al cuerpo del jugador, se confirmó que Hernández padecía de encefalopatía traumática crónica (CTE), una enfermedad neurodegenerativa asociada con golpes repetidos en la cabeza.
El diagnóstico se catalogó como el mayor caso encontrado de CTE para una persona de la edad del expatriota, afectado las partes del cerebro asociadas con la resolución de problemas, el criterio y la conducta.