Por AFP Agencia |1 de julio de 2021, 17:17 PM

Figura capital para sus equipos y para la propia NBA, Chris Paul encontró en los Phoenix Suns el camino a sus primeras Finales tras un largo viaje de 16 años en el que acumuló grandes marcas personales y multitud de frustraciones en playoffs.

En una postemporada marcada por las lesiones de las estrellas y un calendario infernal, Chris Paul ha sido capaz de liderar a sus 36 años a los Suns, que jugaban sus primeras eliminatorias en una década, hasta la pelea por el anillo.

La noche del miércoles, el veterano base completó su mejor actuación en unos playoffs con 41 puntos y 8 asistencias, sin una sola pérdida de balón, para completar la victoria 4-2 de los Suns en la final de la Conferencia Oeste ante Los Angeles Clippers, el antiguo equipo de Paul.

En la que fue su cancha durante seis agridulces temporadas (2011-17), el base dio una clase magistral en dirección de juego y definición en los momentos decisivos al encargarse de anotar 14 de 16 puntos de los Suns que arruinaron la remontada de Clippers.

Paul, que tendrá como último rival por el campeonato a los Milwaukee Bucks o los Atlanta Hawks, está ahuyentando en estos playoffs los fantasmas que han ensombrecido su brillante carrera.

CP3 (su apodo por sus iniciales y su número de camiseta) promedia 18,3 puntos, 9,4 asistencias y 2,1 robos desde que fue elegido con el número cuatro del Draft de 2005 por los New Orleans Hornets, ocupando la quinta posición histórica (la mejor entre jugadores en activo) tanto en asistencias (10.275) como en robos (2.332).

En su cuenta personal cuenta con el premio al Novato del Año, 11 elecciones al Juego de las Estrellas (All-Star), del que fue MVP en 2013, cuatro selecciones para el mejor quinteto de la temporada y dos medallas de oro olímpicas con Estados Unidos en 2008 y 2012.

Frustraciones en playoffs

Con todos estos logros individuales, Paul ocupaba hasta el miércoles un lugar destacado en la lista de los mejores jugadores de la historia que no han pisado las Finales.

En su primera etapa en la liga logró aupar a los modestos Hornets a los playoffs pero, en busca de mayores aspiraciones, fue protagonista de un traspaso frustrado a Los Angeles Lakers a finales de 2011.

Alegando que era desfavorable para los Hornets, la NBA paró una operación ya pactada, en la que también estaban involucrados los Houston Rockets y que incluía a Pau Gasol, que hubiera unido a Paul y a Kobe Bryant en los Lakers.

El destino de CP3 acabó siendo Los Ángeles, pero esta vez los vecinos Clippers, un equipo "maldito" que llevaba 40 años de existencia sin jugar una final de conferencia.

En las seis campañas de Paul en el Staples Center, los Clippers fueron un equipo competitivo que disputó tres finales de conferencia. El temido trío que formaban Paul, Blake Griffin y DeAndre Jordan eliminó en 2015 en primera ronda a los vigentes campeones, los Spurs, y llegó a ir por delante en la siguiente 3-1 ante los Rockets, para acabar perdiendo tres juegos seguidos y siendo eliminados.

Era el inicio de la leyenda de infortunios y lesiones de Paul en playoffs, que alcanzó su máxima expresión en 2018. En esa ocasión el base jugaba para los Rockets de James Harden que lograron tener una ventaja de 3-2 en la final de conferencia ante los poderosos Warriors de Stephen Curry y Kevin Durant.

En lo que parecía su gran oportunidad para alcanzar las Finales, Paul se perdió por lesión los dos últimos partidos y los Houston cayeron 4-3 ante los después campeones Warriors.

Segunda juventud

Bajo el estigma de su edad, problemas físicos y mastodóntico contrato (este año ha ganado 41 millones de dólares), la trayectoria de Paul en la NBA comenzaba una cuesta abajo que muchos creían irreversible.

El base fue traspasado a los modestos Oklahoma City Thunder que, agradecidos por su profesionalidad, le permitieron guiar su venta a un nuevo equipo.

En su apuesta más arriesgada, Chris Paul eligió mudarse a Phoenix, una turbulenta franquicia que no clasificaba a playoffs desde 2010. 

Sin embargo, la llegada del experimentado base y del técnico Monty Williams, con quien había coincidido en New Orleans, dio un vuelco completo a un vestuario donde no faltaba talento, especialmente el de los jóvenes Devin Booker, DeAndre Ayton y Mikal Bridges.

Los Suns se dispararon hasta la segunda posición del Oeste en la fase regular y eliminaron en la primera ronda a los Lakers, vigentes campeones, y en la segunda a los Nuggets. 

Paul, que había tenido problemas en un hombro al inicio de playoffs, desató las alarmas al contagiarse por coronavirus y perderse los dos primeros juegos ante los Clippers, pero esta vez volvió a tiempo para dar la puntilla final a su ex equipo.

"He experimentado la covid. Hace apenas una semana, estaba aquí (en cuarentena) en casa", recordó Paul sobre la pista del Staples Center. "Ha sido mucho y yo quería esto no solo para mí, sino para todos en ese vestuario".

Desde su cargo de presidente del sindicato de jugadores (NBPA), Paul tuvo precisamente un papel clave para que la NBA pudiera volver a la competición tras la suspensión del año pasado por la pandemia. 

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