8 de mayo de 2013, 1:26 AM

Cientos de animales silvestres que cayeron en manos del hombre regresan a su hogar gracias al Zoo Ave.

Imagine por un segundo que lo sacan violentamente de su casa. Lo separan de su familia, lo encierran y lo obligan a hacer cosas que no desea.

Esa es la realidad de los dos mil animales que llegan cada año al Zoo Ave.

La mayoría de ellos son mascotas que la gente entrega en la reserva de La Garita o decomisos del Ministerio de Ambiente.

Algunos llegan con lesiones o conductas que les impiden volver a su hábitat.

Pero la gran mayoría regresa a la naturaleza. Todo gracias a la labor que realizan en la reserva Bosque Escondido, en Pilas de Canjel Guanacaste.

En los últimos años han liberado más de mil animales en esta reserva.

Lo mejor es que el 60 por ciento de ellos lograron encontrar pareja, multiplicando las poblaciones.

En los próximos días la reserva contará con cien huéspedes más, que cambiarán las jaulas por la comodidad del bosque.

Sin embargo llegar a este momento no es nada fácil, toma un año de trabajo.

La semana anterior  el Zoo Ave empezó la liberación de cien animales y nosotros seguimos de cerca a los primeros afortunados.

La jornada arrancó con los pericos albifrones. Luego vino el turno del mono araña.

Para ser honestos costó mucho sacarlo de la jaula, a lo mejor al pobre se le olvidó que antes vivía libre.

Pero bastó subir a un árbol para darse cuenta que ahora tiene servicio todo incluido.

Por último llegamos a la jaula de Nino, el mono cariblanco. Quien dicho sea de paso estaba de muy mal humor.

Luego de varios intentos finalmente salió de su encierro rumbo a la libertad.

Un mono llamado Nino, muy bravo y ahora libre, sí calza perfectamente.

El trabajo del Zoo Ave ha logrado resultados asombrosos.

Para darse una idea, en los años 50 el pavón de montaña se extinguió en esta zona del pacífico. Pero gracias a la liberación y reproducción en la reserva,  hoy vuelven a caminar por aquí.