Por Luanna Orjuela Murcia |5 de junio de 2019, 4:59 AM

Andrey Pérez es un joven violinista que ha dedicado su vida a la enseñanza musical, pero pocos años atrás se dio cuenta que podía convertir su trabajo en algo más humano.

Nació la necesidad de no solo usar la música como una fuente laboral sino también como una forma de ayuda a los demás como terapia.

Empezó con sus estudiantes, enviándoles tareas para que se desarrollaran como seres humanos y a la vez su desarrollo en el violín se vio beneficiado.

Al tiempo llegaron alumnos con recomendación, al punto que ha trabajado con niños con síndrome de Down, Asperger, autismo y personas con padecimientos graves, así como sobrevivientes de operaciones fuertes.

“La música es una vibración que no solo llega a los oídos, por eso cuando una persona escucha una canción muchas veces le ‘mueve el piso’ ya sea por sus letras o sus acordes”, expresó Pérez.

A Pérez le entró la curiosidad de escribir relatos, entonces creó siete cuentos con enseñanzas ocultas para que sus estudiantes tuvieran la tarea de descubrirlas.

Recientemente el artista interpretó sus canciones en el Hospital de San Carlos a pacientes con esclerosis múltiples que provienen de toda la región Huetar Norte.

“Lo que me impresionó es que las cinco enseñanzas que venían en el cuento, todas las captaron. Fueron de los pocos grupos que lo ha logrado, sin ningún inconveniente por su condición,” acotó Pérez.

El sancarleño comentó que al principio es un poco complicado por la tensión de no conocer a los pacientes, pero cuando se empieza a tocar se rompe la barrera y ellos de inmediato saben que él está allí para ayudarlos.

“Es una labor que me gustaría trabajar por todo el país, ya que el beneficio no es solo para el paciente si no para sus familiares. Toda la sociedad debería de darse cuenta de esto, y así entender que muchas veces la música ayuda a solventar los momentos difíciles”, finalizó el artista.