Por Luis Jiménez |11 de mayo de 2022, 12:28 PM

Marta Cordero, veterinaria del Centro de Rescate y Santuario Las Pumas de Cañas, Guanacaste, cuenta que muchas veces atienden felinos bebés que las personas recogen en las montañas o charrales, pensando que son gatos domésticos.

Explica que el daño que le causan a la fauna silvestre del país es muy grave porque están sacando a una cría de su hábitat natural, donde los animales se alimentan y aprenden a subsistir.

“La gente se va a andar a la montaña o charrales, cuando se topan con una cría de manigordo o yaguarandí los ven muy bonitos y creen que es un gato doméstico, por eso los recogen y se los llevan para la casa porque sienten que están solos, que ahí es muy peligroso y creen que las montañas no son para los bebés, pero más bien ellos nacen ahí porque son silvestres”, dijo Cordero.

Video de una cría de manigordo: 


Para la veterinaria, esta acción es lamentable porque separan a una cría de su madre.

“La madre, probablemente, anda cazando; por eso los deja solos o talvez huyó al sentir la presencia humana y no pudo esconder la cría. Las personas, en su afán de rescatarlos, terminan llevándose un animal que no debió salir de su hábitat, a un centro de rescate porque se dan cuenta que no pueden cuidarlos”, comenta Cordero.

En los centros de rescate se trabaja con los animales durante uno o dos años para intentar rehabilitarlos y criarlos para su liberación, pero esto nunca va a ser tan exitoso como cuando se cría en su ambiente natural.

Las crías ya adultas, al no desarrollarse en su entorno, y al momento en que son liberadas, existen una serie de limitaciones que no les garantizan la sobrevivencia como si se hubiesen desarrollado con la madre.

“Los felinos en Costa Rica tienen muchos problemas como la reducción del hábitat, la cacería, atropellos, el saqueo de crías del medio por desconocimiento o negocio y, muchas veces, mueren en manos de particulares porque se enferman, por malas dietas o son atacados por otros animales domésticos”, agregó Cordero.

Cuando un animal es llevado a un centro de rescate con lesiones u otro problema, la mayoría de las veces no pueden insertarse en la naturaleza y se quedan viviendo ahí hasta por 20 años, en ocasiones, en ambientes deplorables.

El Centro de Rescate Las Pumas asegura que siempre tratan de darle a los animales que reciben una oportunidad de retornar al medio; sin embargo, es un proceso largo, caro y, en ocasiones, no saben si tiene éxito porque se necesita de tecnología y monitoreos para poder seguirles la pista y verificar cómo se desarrollan.

“Que nos lleguen crías es muy doloroso porque somos un centro de rescate serio, pero para otros sitios de manejo que no lo son, estas crías representan mucho dinero porque se les cobra a extranjeros, turistas y voluntarios de otros países para que vengan y alimenten a las crías porque los van a liberar y esto se vuelve muy atractivo para lucrar a costa de los animales silvestres”, puntualizó Cordero.

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