Por Mariela Montero Salazar |24 de marzo de 2024, 8:00 AM

En Costa Rica, el 30% de las personas tienen una deuda activa, pero lo que más preocupa es que un porcentaje significativo está recurriendo a préstamos para enfrentar gastos diarios, según una reciente encuesta del Centro Internacional de Política Económica para el Desarrollo Sostenible (Cinpe) de la Universidad Nacional (UNA).

El estudio revela que el 25% de quienes solicitan préstamos lo hacen para cubrir necesidades básicas como la compra de alimentos, gastos personales o el pago de servicios. Según el economista e investigador del Cinpe, Leiner Vargas, esto refleja una "desesperación económica" en un segmento importante de la población.

"Que las personas recurran a una deuda para comprar comida o pagar servicios del hogar refleja la situación económica de un segmento de la población que ha perdido empleo, fuentes de ingreso y que se encuentra en una situación complicada. Estamos hablando de deudas para gastos corrientes, esto es un acto de desesperación económica", dice Vargas.

Además, estos créditos, destinados a gastos corrientes, evidencian un esfuerzo extraordinario por mantener un nivel de vida que ya no es sostenible, lo que podría llevar a problemas financieros a largo plazo.

"Este tipo de créditos además vienen creciendo, reflejando que las personas ya no pueden mantener su nivel de vida, y hacen un esfuerzo extraordinario, que implica gasto hoy y quedar insolvente mañana", agrega Vargas.

La encuesta también muestra que casi el 38% de los encuestados solicita préstamos para bienes como automóviles, terrenos o electrodomésticos, mientras que un 10% lo hace para emergencias y un 9% para pagar deudas de tarjetas de crédito.

Además, entre quienes tienen deudas, un 18% ha experimentado problemas de morosidad. La principal razón para caer en impago es la atención de emergencias (48,38%), seguida por la falta de planificación financiera (22,70%).

La morosidad ha tenido graves consecuencias para quienes la han experimentado. Un 51% indicó que dejó de tener acceso a crédito en el sector formal por tener una mancha ante el sistema financiero. Además, un 15% ha experimentado casos depresivos como resultado de la situación financiera, y un 9% ha sufrido pérdidas de empleo, patrimonio y relaciones personales.

En materia de gastos, las personas destinan el 40% de sus ingresos al pago de servicios básicos como alimentación, agua, electricidad e internet. El pago de préstamos representa un 17% del total, mientras que la salud acapara el 13% y la educación un 12%.

Créditos “gota a gota”

Otro hallazgo del estudio es que al menos un 5% de la población confiesa haber accedido a créditos "gota a gota". El 54% corresponde a hombres, siendo las edades más representadas las comprendidas entre los 35 y los 44 años.

Entre quienes acceden al endeudamiento informal predominan personas con educación secundaria incompleta (30%) y con educación primaria completa (25%). Además, el 75% de estas personas manifestaron que nunca habían recibido educación financiera, mientras que un 33% no tienden a hacer sus presupuestos para sus gastos.

Los factores que han influido para que una persona gestione un crédito “gota a gota” están divididos: un 20% asegura que fue porque perdió su categoría crediticia por impago en el sector formal, otro 18% dice que no pudo acceder al mercado financiero regulado y un 16% manifiesta que su capacidad de pago no le permite seguirse endeudando.

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