Tres fases de la violencia que toda mujer debe reconocer antes de que sea demasiado tarde
“Ninguna señal es pequeña cuando se trata de violencia”, advierte el Instituto Nacional de las Mujeres.
La violencia de género no ocurre de la noche a la mañana: empieza con pequeñas acciones que parecen inofensivas, pero que escalan hacia situaciones mucho más graves.
Reconocer los primeros signos es clave para prevenir consecuencias fatales. “Ninguna señal es pequeña cuando se trata de violencia”, advierte el Instituto Nacional de las Mujeres (INAMU).
Cindy Quesada, ministra de la Condición de la Mujer, conversó con Teletica.com y recalcó la necesidad de tomar medidas más contundentes contra los agresores.
"Cuando hay un alto riesgo de femicidio, además de que nosotros le brindamos toda la ayuda necesaria a la víctima, lo informamos al Poder Judicial para que ellas puedan solicitar medidas represivas contra sus agresores y, de ser necesario, tramitarlo vía penal.
"La violencia contra las mujeres no se debe de ver normal en ninguna circunstancia y, por mínima que sea, hay que denunciarla. Quienes deben de estar en la cárcel son los hombres agresores y no las mujeres encerradas con sus hijos en un albergue, donde nosotros las protegemos", enfatizó Quesada.
Según el INAMU, la violencia contra las mujeres suele desarrollarse en tres fases.
- Primera fase: se presentan humillaciones, descalificaciones y bromas hirientes, que muchas veces son minimizadas.
- Segunda fase: se intensifican las agresiones con golpes disfrazados de “juego”, ofensas verbales y tocamientos no consentidos.
- Tercera fase: la situación se torna crítica con aislamiento social, agresiones físicas y amenazas de muerte.

El INAMU exhorta a la población a denunciar cualquier tipo de agresión y a ofrecer apoyo a quienes las sufren. La prevención y la educación son cruciales para erradicar la violencia de género en el país.
"La violencia contra las mujeres no tiene justificación y permitir su normalización solo aviva los crímenes de género", expresó Quesada.
Para la jerarca, una vida libre de violencia es un derecho fundamental. “El femicidio es un delito que se debe y se puede prevenir. La sociedad entera tiene la responsabilidad de actuar a tiempo”, concluyó la ministra.
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