Por Luanna Orjuela Murcia |6 de octubre de 2022, 11:33 AM

El puma que fue encontrado el pasado 4 de mayo deambulando por la Ruta 1 en malas condiciones de salud todavía no ha recibido un diagnóstico. 

Durante los últimos cinco meses, un equipo de profesionales ha estado sometiéndolo a distintos exámenes médicos, pero ninguno ha podido brindar los detalles necesarios para esclarecer cuál es la condición que afecta al puma bautizado como 'Corobicí'.

Según el Centro de Rescate y Santuario 'Las Pumas' (CRLP), cuando Corobicí fue capturado no era capaz de mantenerse en pie, y reaccionaba con una indiferencia anómala para su especie a todo lo que sucedía en su alrededor.

Fotos puma: cortesía Fundación Hagnauer
Fotos puma: cortesía Fundación Hagnauer

"Una vez abordado por el equipo del CRLP, se realizó una revisión, aplicando restricción química al animal, y se procedió a la toma de diferentes muestras biológicas con el objetivo de encontrar una explicación a tal estado. A partir de ese día, él ha estado en observación (directa y con cámaras trampa) constante, primero en el área de aislamiento y cuarentena. Se le han realizado diversos exámenes médicos con apoyo de otros colegas veterinarios, incluyendo hemogramas completos", explicó el centro de rescate.

Tras pasar algunas semanas en el santuario ubicado en Cañas (Guanacaste), Corobicí fue trasladado a San José el 29 de junio, donde se le realizó una resonancia magnética con el apoyo de la Clínica Neurovet y el Hospital de Especies Menores y Silvestres de la Universidad Nacional (UNA). 

Los resultados obtenidos muestran cambios muy leves que no permiten llegar a ninguna conclusión clara y contundente, por lo tanto, es difícil dar un diagnóstico específico para determinar cuál es la causa de su condición física y conductual.

Fotos puma: cortesía Fundación Hagnauer
Resonancia magnética de Corobicí realizada en San José.

Gracias a las atenciones veterinarias, se pudo estabilizar a Corobicí, e incluso conseguir que ganara un poco de peso. A partir de ese momento, se decidió trasladarlo a un recinto en cuarentena donde contara con más espacio para desplazarse. 

Allí, los expertos observaron su comportamiento y su respuesta a un ambiente más natural. Durante este período, le ofrecieron presas vivas para medir su capacidad de caza, pero notaron que el felino no podía realizar esta actividad tan propia de su especie de manera adecuada, por la torpeza motora que presenta y por un aparente déficit visual o sensorial general cuyo origen todavía no han podido identificar.

"Un mes después, él emitió un pequeño sonido, y actualmente emite ronroneos cortos y maullidos pausados. Además, ya muestra algunos comportamientos de agresividad ante amenazas. Ante la presencia de sonidos de motor, presenta una reacción de estrés, generando un par de convulsiones, con varios días de intervalo, que a la fecha no han vuelto a suceder", detalló el CRLP.

Al tener una deficiencia neurológica marcada en sus extremidades y cola, los expertos determinaron que Corobicí no está preparado para ser liberado todavía, ya que no tiene la capacidad para sobrevivir en su hábitat natural.

"Es difícil tomar una decisión sobre una posible liberación que, al menos por ahora, pareciera poco probable, al menos en el corto o mediano plazo. Agradecemos a todas las personas que han estado pendientes de Corobicí y el apoyo que han brindado. Estaremos informando más adelante sobre su evolución", concluyó el centro.

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