Por Adrián Fallas |24 de mayo de 2022, 8:19 AM

Luego de ocho años jugando en el ascenso, Puntarenas regresa a la Primera División y los porteños trabajan para que puedan volver a brillar en la máxima categoría.

Para los chuchequeros, al igual que cada equipo que da el salto, el primer reto es poder mantener la categoría y no volver a bajar a la segunda categoría.

La planilla que hizo un gran torneo debe ser pulida para poder competir con los mejores equipos del país.

El once inicial que puso en cancha el Puntarenas FC en el encuentro con que sellaron su boleto tiene jugadores de calidad, por lo que el segundo objetivo de la dirigencia es reforzar la planilla.

Jugadores como Jemark Hernández, Johnny Gordon, Kevin Sancho y Steven Williams, entre otros, tiene experiencia en Primera División, pero es claro que se debe mejorar el plantel.

La temporada de fichajes antes del inicio del próximo torneo es clave para los naranjas.

El tercer reto de los puntarenenses es mantener y darle seguimiento al proyecto del técnico Horacio Esquivel.

Los tiburones fueron el equipo más constante de la Liga de Ascenso y Esquivel mostró temple para manejar el grupo de camino al cetro.

El cuarto reto que enfrentan los areneros es el Lito Pérez, casa del equipo.

Para cumplir las exigencias del Comité de Licencias de la Fedefútbol los porteños deben trabajar en dos situaciones específicas: las mejoras de la gramilla natural y los arreglos de la gradería sur, que está inhabilitada por parte del Ministerio de Salud.

El alcalde de Puntarenas, Wilberth Madriz, quien participó en Teletica Deportes Radio, confirmó que el arreglo de la gradería ronda los 400 millones de colones, dinero con el que la Municipalidad no cuenta en este momento.

“No tenemos recursos para hacerle frente a las mejores que requiere el Lito Pérez (en la gradería sur), pero sí podríamos hacer inversiones menores, por lo menos, para arrancar el campeonato con tres graderías”, explicó Madriz.

Sobre la cancha, el presidente del Puntarenas FC, Héctor Trejos, explicó que el equipo buscará hacerse cargo de las mejoras que requiere la cancha. Existen dos soluciones, primero hacerle un trabajo de mantenimiento o la segunda alternativa que es subir el nivel de la cancha unos 50 centímetros.

Esto permitirá que, cuando llueve, el agua no ingrese a la gramilla. Al realizar este trabajo, la cancha quedará a la misma altura que la primera grada de sol.

“Tendríamos que meter 3750 metros de material, porque el nivel de las aguas de Puntarenas cuando llueve se mete al estadio. Es buena cantidad de dinero (100 millones de colones). Eso sería lo ideal, sino, por lo menos, trabajar con la gramilla. La gramilla estaría al nivel de la primera grada del sol, con eso no tendríamos problemas con el agua”, explicó Trejos en Teletica Radio.

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