Por Natalia Jiménez Segura 17 de junio de 2023, 17:36 PM

Socialmente, la palabra infertilidad ha estado más asociada a las mujeres que a los hombres. Sin embargo, convertirse en padre no es tarea fácil para algunos que sí lo desean. 

Para esto nació la Unidad de Medicina de Alta Complejidad de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) en junio de 2019, en la que se le ayuda a parejas a concebir un embarazo por medio de la fertilización in vitro. 

José Miguel Villalobos, director general del Hospital Nacional de las Mujeres Adolfo Carit, explicó a Teletica.com que cuentan con el Banco de Gametos, donde se preserva tanto el semen como los óvulos.

A los hombres sin problemas de infertilidad que ingresan con su pareja al programa se le toma una gran cantidad de muestra de esperma. La pareja tiene dos intentos para quedar embarazada, y sí sobra semen, el hospital hace el procedimiento para que el resto se done. 

"Si alguien ya ha hecho manifiesto que no quiere usar más sus células que están en el banco, mediante un consentimiento informado con abogado y todo, ya eso pasa a ser propiedad de la institución y se va a ver beneficiada otra pareja en el cual el factor masculino sea el problema generador de su infertilidad o de no tener éxito en el embarazo. Ahí se hace esa donación de las células masculinas", explicó el médico.

Con esto se hace la fecundación y se espera el posible embarazo.

La mayoría de semen en el banco se capta de esta forma. Sin embargo, hay otro método que está regulado, pero es muy poco frecuente. Este método se llama donación externa.

¿En que consiste?

Como persona externa, existen dos formas de donar espermatozoides: de manera directa, mediante familiares o amigos de personas que no pueden tener hijos, o de manera confidencial, con personas que donan su semen de forma anónima.

La Caja no tiene registro de ningún caso en el cual se hizo una donación directa y suma donantes contados con los dedos de la mano bajo la modalidad confidencial.

En este caso, los hombres deben tener entre 18 y 40 años, exponerse a exámenes de metabolismo, genética, psicología, análisis de calidad de espermatozoides y enfermedades de transmisión sexual.
 
Superada esta fase, se da la recolección del semen por medio de la masturbación y, posteriormente, se guarda durante seis meses y, cuando se cumpla ese período, se vuelve a someter al donador a un examen de enfermedades de transmisión sexual. Si la prueba arroja resultados satisfactorios, el semen donado se libera y los especialistas pasan a elegir a la pareja más adecuada para recibirlo. 

Según la CCSS, todo este proceso se realiza de manera confidencial; las mujeres beneficiarias nunca sabrán quién fue el donador, sin embargo, los niños, a futuro, sí tienen el derecho de exigir quién fue el donante.

Esto, debido a lo que se estipula en la legislación costarricense, y que garantiza el derecho de todos los menores a conocer la identidad de sus padres. Eso sí, quienes lo hagan deben respetar el hecho de que los donantes están absueltos de toda responsabilidad en la crianza del menor, debido a la normativa que respalda estos procesos.

 A pesar de esto, Villalobos insistió en que este procedimiento es prácticamente nulo y que la mayoría de semen utilizado es de las personas parte del programa. 

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