Por Gabriel Pacheco 11 de octubre de 2025, 8:50 AM

Bajo el kiosco del Parque Central de San José, en un espacio que durante años ha estado cerrado y deteriorado, la Municipalidad de San José planea abrir una cafetería que, según el alcalde Diego Miranda, podría convertirse en una pieza clave para mejorar la seguridad del casco central.

El proyecto forma parte del plan de reconversión del Parque Central, una intervención integral que ya cuenta con planos actualizados y que se encuentra en trámite de contratación. Según Miranda, las obras durarán entre tres y cuatro meses, por lo que la cafetería podría estar lista entre abril y mayo del próximo año.

“La idea es que tengamos espacios que la gente sienta como suyos y al final, la parte subterranea del kios que es patrimonio histórico de la ciudad, creo que también deberíamos recuperar.a”, explicó el alcalde durante una entrevista en el propio sótano donde se hará la transformación.

El objetivo, dice Miranda, no es solo estético. La recuperación del lugar busca revivir un punto emblemático de la capital, que en el pasado albergó una biblioteca, pero que con el paso de los años cayó en el abandono.

El diseño contempla la eliminación de las gradas y obstáculos actuales que rodean el kiosco, para crear una explanada abierta que favorezca el tránsito peatonal e incluso permita colocar mesas al aire libre. El local se concesionará a un operador privado, pero con un enfoque de uso público.

Sin embargo, la zona enfrenta un problema que va más allá del abandono estructural. Basta con entrar al sótano para que los malos olores se apoderen del lugar, además, el kiosco es hogar nocturno para personas con condición de calle. 

Miranda considera que, al llevar a cabo la remodelación y puesta en marcha de la cafetería, todo puede cambiar, esto porque a su criterio, la ocupación activa de los espacios públicos es una herramienta efectiva para transformar entornos percibidos como inseguros.


“-No me estoy inventando nada. Es una estrategia que ha funcionado en muchas ciudades: cuando la gente usa los espacios y los siente suyos, cambia el entorno. La gente cuida la zona y no deja que se deteriore. Si hay mucha gente aquí y usan el lugar y le agrada, no van a dejar que se deteriore. 

-(Periodista): Es decir, ¿podríamos decir que una cafetería puede hacer a San José más seguro?

-Totalmente. Este ejercicio hay que replicarlo en muchas partes, pero es parte del ejercicio, pero es parte de eso.
”, afirmó el jerarca durante la entrevista. 

El proyecto se complementa con otras iniciativas municipales como el reglamento de comercio al aire libre, que ya permite a los negocios del centro colocar terrazas o mobiliario en las aceras. Un plan piloto arrancará pronto en el barrio La California, con el propósito de que los comercios “se adueñen de la calle” y contribuyan a dinamizar la vida urbana.


“La gran pregunta es: ¿de quién son los espacios públicos? Tenemos que cambiar el chip como sociedad y empezar a decir: este espacio también es mío, y quiero utilizarlo de esta forma”, concluyó el alcalde.

Las palabras del alcalde resuenan con una de las teorías más influyentes sobre la seguridad urbana publicada en los años sesenta: la propuesta de Jane Jacobs, urbanista estadounidense autora del clásico The Death and Life of Great American Cities.

Jacobs sostenía que las ciudades son seguras cuando hay “ojos en la calle”, es decir, cuando muchas personas transitan, observan y se apropian de los espacios públicos.

Según su planteamiento, lugares con vida —cafeterías, tiendas, restaurantes— generan movimiento constante y reducen la sensación de inseguridad, a diferencia de los espacios vacíos o abandonados.

La autora identificó tres elementos esenciales para que una calle sea segura: 

Ojos en la calle: más personas observando y presentes en el entorno.

Claridad entre lo público y lo privado: espacios definidos y abiertos que inviten al uso ciudadano.

Tráfico peatonal constante: personas que, al circular y disfrutar de los espacios, generan una presencia disuasoria frente a conductas delictivas.

La idea de Miranda de convertir el sótano del kiosco en una cafetería se alinea con estos principios: atraer gente para cuidar la ciudad, activar la vida urbana y transformar un punto oscuro en un espacio visible, transitado y seguro.

El alcalde reconoce que, en un inicio, la articulación de una estrategia conjunta con Fuerza Pública y Policía Municipal es clave para crear poco a poco el sentimiento de seguridad entre quienes lleguen al renovado parque central de San José. 

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