Por Mariela Montero Salazar |15 de marzo de 2023, 10:42 AM

El dólar continúa en picada, pero expertos en economía reconocen que los ciudadanos no ven esto reflejado en sus compras de alimentos. El precio de referencia de venta del dólar para este miércoles es de ₡550,08, su nivel más bajo desde el 20 de junio de 2016, cuando estuvo en549,74.

“La disminución en el precio del dólar no se ha trasladado a los precios al consumidor”, según Carlos Palma, de la Universidad de Costa Rica, quien dice que eso se puede ver con el Índice de Precios al Consumidor (IPC). Este indicador registró una baja moderada de 5,58% en febrero, debido principalmente a los precios regulados del combustible.

Leiner Vargas, de la Universidad Nacional, va más allá: explica que, incluso, muchos de los precios de los alimentos siguen subiendo. “Que los precios no sigan subiendo, no es equivalente a que los precios bajen. Si en septiembre subieron un promedio de 16%, y ahora empiezan a desacelerarse, lo que quiere decir es que el aumento de precios cada vez es menor, pero sigue siendo aumento”, detalló.

Al respecto, Vargas señala que aun cuando para febrero el rubro de alimentos y bebidas bajó -1,8% impulsado por productos como el tomate (-36%), la papaya (-33%) o la sandía (-24%); otros como los frijoles (+2,7%) y el azúcar (+3%), más bien, experimentaron alzas.

El economista explica que, al fenómeno cambiario, se suma la caída en el costo de materias primas a nivel internacional, como el petróleo y granos, y la normalización de las tarifas de carga marítima, lo que también tuvo que haber implicado una baja en el costo de producción, que llegara a los precios de bienes; y eso tampoco se ha dado.

“Como todos estos efectos se compensaron hacia la segunda mitad de 2022, uno esperaba que para diciembre se empezaran a sentir la caída de estos costos en los productos, donde el componente importado es esencial”, agregó el experto de la UNA.

¿Por qué no bajan los precios?

Pero entonces, ¿por qué si Costa Rica depende en gran medida de las importaciones y una parte significativa de los insumos que utilizan para producir y de los productos finales que consumimos en el país vienen del exterior, y se pagan con dólares, esa baja de la divisa no ha llegado a los precios finales? Según Vargas y Palma, existen al menos tres explicaciones.

Un primer punto es que el traslado del precio de los insumos o materias primas no es inmediato, explica el primero de los entrevistados.

“La liquidación de cosechas se hace de la más vieja a la más nueva, eso significa que podrían estar colocando productos que se cosecharon con insumos más caros, que se compraron antes de los cambios de precios. Mi expectativa es que para marzo y abril ya empiecen a darse bajas en granos básicos como el maíz, las carnes, el arroz o el azúcar”, explicó.

En este caso, las bajas podrían ser de entre un 20% o un 25%, según estimaciones de Vargas.

Un segundo elemento es la libre fijación de precios. “Los precios de los alimentos no están regulados. Buena parte de los productos importados, donde hay mayor impacto porque se compran con dólares, no está llegando al consumidor y eso lo que significa es que en la cadena de intermediación los márgenes aumentan”, explicó Palma.

Finalmente, un tercer punto en el que coinciden los expertos es la concentración de las industrias como un elemento de peso. 

“Una parte del fenómeno se explica por los oligopolios, estamos hablando de que son industrias con pocos participantes y canales de distribución reducidos. Por ejemplo, en leche o azúcar, un gran jugador; en arroz, unos ocho o nueve grupos, con tres dominantes; o en huevos, unas cuantas familias. La tendencia es que en mercados así el alza de precios es rápida, pero la baja no”, concluyó Vargas.