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Peones extranjeros sostienen más del 70% de la agricultura y del 50% de la construcción tica

Cosechas como las del café, azúcar, melón, sandía y cítricos están a expensas de la mano de obra foránea, mayoritariamente nicaragüense

Por Juan José Herrera |7 de junio de 2019, 5:47 AM

Alrededor de un 60% de los trabajadores que recogen el café en Costa Rica nacieron en Panamá o Nicaragua, mientras que más de la mitad de los peones que levantan las estructuras ticas provienen del vecino país del norte.

Las cifras son aún más altas cuando se habla del sector agrícola en general: las cosechas de azúcar, cítricos, melón y sandía, entre otros, dependen entre 70% y 80% de extranjeros para producirse y recogerse.

Estos dos son sectores donde la participación costarricense ha disminuido con el pasar de los años, aunque no necesariamente por desplazamiento, sino porque las aspiraciones laborales de los ticos ahora son otras.

“El tico no quiere coger café, esa es la realidad. Los jóvenes ya no ven en esto el ingreso del que nosotros nos beneficiábamos antes, ahora sus prioridades están en otras partes”, asegura Édgar Rojas, subdirector del Instituto del Café de Costa Rica (Icafé).

La última encuesta del instituto a recolectores (2016) reveló que de las más de 200.000 personas que participaron en la cosecha de ese año el 58,6% eran extranjeros: 19% panameños y 39,6% nicaragüenses.

“Nuestra metas y proyecciones están amarradas a la disponibilidad de esa mano de obra extranjera, sin ellos sencillamente no habría cosecha”, resumió Rojas.

La Secretaría Ejecutiva de Planificación Sectorial Agropecuaria del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) tiene registrados 266.271 trabajadores en el sector agrícola nacional.

La estimación del MAG es que, para atender todas las cosechas del año, se necesitan alrededor de 73.000 extranjeros. Esto significa que un 27% de los trabajadores del sector son foráneos.

Sin embargo, cuando se habla estrictamente de peones agrícolas, el porcentaje se dispara.

La Cámara Nacional de Agricultura y Agroindustria (Cnaacr) estima que esas 73.000 personas, en su mayoría nicaragüenses, rondan entre el 70% y el 80% de la mano de obra necesaria para sacar adelante las cosechas.

"Sin ellos (los extranjeros) hay que cerrar la agricultura en Costa Rica, es así de sencillo", asegura Óscar Arias, miembro de la cámara.

La realidad es idéntica en el sector construcción.

La Cámara Costarricense de la Construcción informó que para el primer trimestre de este 2019 los extranjeros representaron el 26% del total de empleados en el sector.

Ese dato, sin embargo, toma en cuenta todo tipo de trabajadores, incluyendo, por ejemplo, diseñadores, gerentes y otra mano de obra especializada.

Si se habla de las primeras dos líneas de trabajo (peones) el porcentaje aumenta significativamente.

Juntos somos familia

Volio y Trejos, una de las empresas constructoras más importantes del país, exhibe en todos sus proyectos un cartel con un par de banderas cruzadas de Nicaragua y Costa Rica bajo el lema “Juntos somos familia”.

Cerca de cada bandera se puede leer “50% costarricenses, 50% nicaragüenses”.


La iniciativa surgió luego de la protesta del 18 de agosto anterior en el centro de San José, donde decenas de personas se reunieron para exigir la salida de los nicaragüenses del país y proferir insultos contra esa comunidad.

“Cuando vimos eso dijimos un momento, ellos son parte de nuestra empresa, somos nosotros y hay que hacer algo. A partir de ahí ideamos ese mensaje para dejarles claro que estamos con ellos y que todos somos familia”, explicó Gerardo Volio, director ejecutivo de la firma constructora.

Volio aseguró que si bien el cartel habla de 50% de nicaragüenses, esa cifra en realidad ronda el 70%.

“La realidad es simple, sin nicaragüenses en este país no se construye. Ellos vienen a suplir trabajos que el costarricense ya no hace. No sé si porque el trabajo en construcción es más demandante, más duro, y ahora al tico le gusta estar en una oficina”, dijo.

Igual que en la agricultura, Volio defendió que no se trata de desplazar la mano de obra costarricense.

“Hay que dejar claro que el nicaragüense no viene aquí por el salario mínimo, están muy por encima de eso. Además exigen trabajar al menos 55 horas semanales (en lugar de 48) o no trabajan, entonces hay que pagar horas extra, además de todos las cargas laborales de ley”, explicó el director.

Significativo

Esa cifra, según estimaciones, podría duplicarse si se toma en cuenta la población en condición migratoria ilegal.

No es de extrañar entonces que su participación en la economía nacional se sienta.

La Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) junto a la Organización Internacional del Trabajo (OIT) señalaron el año anterior que el trabajo de los migrantes en Costa Rica representa un 12% del Producto Interno Bruto (PIB) nacional.

El informe “Cómo los inmigrantes contribuyen a la economía de Costa Rica” reveló entre otros que aunque el aporte de los migrantes no es muy significativo desde el punto de vista tributario, tampoco representan una carga para la hacienda pública.

El estudio también destaca que los extranjeros están sobrerrepresentados en sectores de baja productividad, pero tienen una mayor tasa de participación laboral en comparación a la población autóctona.

Además asegura que el gasto público dedicado a los inmigrantes es inferior al de los costarricenses. 

Precisamente la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) reveló recientemente que del total de atenciones el año anterior solo el 7% fue a  extranjeros

A eso hay que sumarle que la mayoría de los atendidos estaban debidamente asegurados.