9 de diciembre de 2016, 5:10 AM

Brenda Hernández y Wilberth Barboza saben, ahora más que nunca, que cada día hay que vivirlo como si fuera el último: con pasión, gratitud y amor.

Esta pareja, vecina de Bagaces, sobrevivió a la furia del huracán Otto, que azotó nuestro país a finales del mes pasado.

Ambos relataron a Telenoticias cómo una correntada de rocas, palos y lodo los arrastró -así como a dos de sus hijos- sin misericordia; tanto Brenda como Wilberth pensaron que morirían ahogados, pero se aferraron a su fe y a las ganas de vivir.

Lea también: Desgarrador testimonio de pareja que fue arrastrada por correntada en Bagaces.

Casi dos semanas después de aquel amargo capítulo, esta pareja dirá el 'sí, acepto' en una ceremonia que se celebrará, la noche de este viernes, en el colegio de La Fortuna de Bagaces, que se ha convertido en su nueva casa, luego de que Otto destruyera la que ambos levantaron con mucho esfuerzo.

Teletica.com conversó con ella y su emoción es evidente; una emoción que se mezcla con la enorme gratitud con muchas personas que están trabajando para hacer realidad este sueño.

"Estoy alegre porque por fin voy a estar, para mi caso personal, mejor con Dios. Nosotros somos casados civilmente pero en todos estos años -16 años- no había podido comulgar. Dentro de toda la tristeza y dolor que hemos pasado estoy feliz", contó poco antes de que una de las vecinas de la zona la maquille y peine de cara a la ceremonia.

Y como en esta vida las cadenas de favores operan con maravillosa gratitud, los afectados por Otto que también están en el albergue así como vecinos se han unido para que la boda tenga un brillo especial en medio de las condiciones difíciles.

Una vecina prestó el vestido de novia y los zapatos; otro el pantalón y los zapatos para Wilbert; otro donó una vaquita para la comida y otra persona hizo lo propio con el queque.

Katherine Fallas, una de las colaboradoras en el albergue, relató que su cuñada donará el maquillaje y peinado de Brenda, quien había esperado que su esposo accediera a dar este paso desde el 2009.

"Dos días después de lo que pasó él me dijo que ya era hora y que no quería perder tiempo. Eso me emocionó y a nuestros hijos", aseguró.

Sobre el por qué casarse en el albergue, ella dijo: "Aquí estamos todos; esta es nuestra otra casa y todos los albergados son nuestra familia, así que mejor aquí con todos".

Sobre la posibilidad de regresar al sitio donde Otto se llevó su casa, ella adelantó que no lo hará, que ella y su familia quiere retomar sus vidas en un lugar que no los exponga a nuevos peligros, aunque aún no saben si tendrán una casita.

Por ahora, ella y los suyos solo quieren disfrutar este momento lleno de amor en medio de limitaciones, pero que no importan cuando saben que están vivos y unidos, más que antes.