Por Adrián Fallas |20 de noviembre de 2015, 15:24 PM

Cerca del Ministerio de Salud, de camino hacia avenida 10 hay un edificio particular. Muchos han pasado por esta esquina, sin saber que dentro de este desvencijado edificio sucede magia. Allí verdaderos milagros se gestan día a día.

Fue dentro del Taller Nacional de Ortesis y Prótesis de la Caja Costarricense de Seguro Social de donde Víctor Mendoza salió caminando, luego de perder su pierna tras sufrir un accidente de motocicleta.

En la actualidad Mendoza corre, juega fútbol y sigue conduciendo su motocicleta.

La historia de Víctor no es única, en un lugar donde los pacientes llegan referidos por un médico y se encuentran una familia, que los ayuda, que los chinea y hace lo posible para verlos sonreír, ya que para los 13 funcionarios del taller, su trabajo no solo es marcar la entrada y la salida.

En el 2014 Geovanny Alvarado, jefe del taller, y sus muchachos atendieron a 1.127 pacientes, para este 2015 esperan que la cifra sea mayor.

En el pequeño, escandaloso y caliente taller cada uno tiene clara su misión, ayudar al prójimo. Para esto el proceso de aprendizaje no para y va de la mano con las mejoras recientes en equipamiento y materiales.

Las actualizaciones permiten que el equipo, liderado Alvarado, trabajen en una prótesis única en el país, nunca antes hecha.

Una paciente perdió ambas piernas a la altura de la cadera y se brega con todo para lograr que ella pueda recuperar parte de su movimiento independiente.

Los trabajos van viento en popa y ya el proyecto va pasando de un sueño a una realidad, en un lugar donde se ocurren milagros y los pacientes se vuelve parte de la casa.

Para mejorar la atención que reciben las personas que ocupan una prótesis la Caja estará reubicando el taller a un lugar donde sea más cómodo darle una sonrisa a los pacientes.