Por Rodolfo González |1 de enero de 2020, 9:04 AM

Las garras del narcotráfico seguirán clavándose aún con más fuerza en la sociedad costarricense y nada en el panorama del 2020 parece apuntar en la dirección contraria.

Mientras tanto, es de esperar que la contención en la tasa de homicidios se mantenga pero podría darse un aumento en los robos y delitos contra la propiedad.

Estas son las proyecciones un ex viceministro, un exagente judicial, un criminólogo y una diputada en el campo de la seguridad ciudadana para este 2020.

Trasiego en avionetas

El analista en temas de seguridad ciudadana y ex viceministro de Gobernación, Álvaro Ramos, sostiene que es hora de que se enfrente con más vehemencia la proliferación de pistas clandestinas que sirven para el trasiego de droga. 

Este problema de las pistas está tomando fuerza en regiones como la Chorotega. Esto hará que dentro de poco la pugna narco también golpea a los habitantes de las localidades guanacastecas” añadió Ramos.

En estos momentos en la corriente legislativa existe un proyecto de ley que permitiría agilizar la inhabilitación de pistas clandestinas, algo que hoy en día es un proceso complicado pues se requiere de la colaboración del dueño de la propiedad donde se encuentra.

La diputada del partido Integración Nacional (PIN), Zoila Volio, es quien propone este proyecto, bajo el argumento de que las autoridades necesitan de mayores y mejores herramientas legales para enfrentar el trasiego.

“Michael Soto ha demostrado ser un buen ministro, pero él no puede enfrentar esto sin las leyes apropiadas” dijo Volio.

Pero el trasiego en avionetas no ha sido el único recurso de los narcos. Las lanchas y semi sumergibles siguen apareciendo en varios puntos del pacífico costarricense, principalmente en la zona sur. Expertos consultados han apuntado a que muchos decomisos realizados principalmente en el parque nacional Corcovado demuestran que hace mucho que Costa Rica dejó de ser un país bodega, y que ahora es un mercado en crecimiento, máxime luego de que algunos destinos apetecidos han ido legalizando paulatinamente la marihuana y los narcos de Sudamérica y el Caribe buscan, en este momento, nuevos consumidores en terceros países.

“Las estimaciones apuntan a que al año se producen 1.400 toneladas de cocaína entre Perú, Colombia y Bolivia. Lo que se decomisa es una cantidad ínfima. Nada nos dice que las cosas van a cambiar, por lo menos a corto o mediano plazo” dijo Gerardo Castaing, exagente judicial y criminólogo.

Más delitos contra la propiedad

Los expertos consultados coinciden en que es de esperar que los delitos contra la propiedad, tales como robos a peatón, tachas a carros o robos a viviendas, experimenten un crecimiento, esto por cuanto tienen una relación directa con el consumo de droga, pues muchos de los delincuentes que los cometen son adictos que buscan objetos para vender y luego comprar droga. 

“Este tipo de delitos son los que, en términos absolutos, más afectan a la gente. Esto aumenta mucho el nivel de inseguridad” indicó Ramos.

Castaing también dice que la situación de desempleo creciente también impulsa estos hechos.

Las cifras apuntan a que durante el 2019 los robos a las casas aumentaron un 9 por ciento en comparación con el 2018, mientras que los robos a los comercios tuvieron un incremento del 3.9 por ciento durante el mismo período.

En el caso de los homicidios, la baja fue de menos de un punto en su tasa, si se compara los datos del 2018 con el año anterior. En ambos casos se supera los 10 homicidios por cada 100 mil habitantes, cifra a partir de la cual se considera un problema de salud pública.

Ramos considera que la detención de grupos narcos que pelean territorios por drogas ha motivo ese decrecimiento ya que la mayoría de esos asesinatos son por vendettas entre organizaciones criminales. Así las cosas, él espera que la contención en este tipo de delito se mantenga en el 2020.

Castaing piensa distinto y manifiesta que los homicidios volverán a tener un pico por su relación con el narcotráfico.

“Si bien es cierto hubo una disminución, esto mucha veces es cíclico y para mantener la contención es necesario dar cada vez más nuevos recursos a la policía, lo cual pocas veces pasa” agregó el criminólogo Andrés Muñoz. 

Este experto recalcó que durante años que en términos generales las tasas han tenido un aumento del 3 por ciento, pues el terreno que se gana en homicidios se pierde en otros delitos y así las cosas el recuento final da un número desfavorable.

Leyes pendientes

La diputada Zoila Volio indicó que hay proyectos que deben ser aprobados con urgencia para modernizar la lucha contra la criminalidad y estas aprobaciones deberían ser pronto.

Volio considera que uno de esos proyectos debería ser la ley de extinción de dominio, la cual pretende perseguir capitales de dudosa procedencia, relacionados delitos como narcotráfico o lavado de dinero.

La legisladora también impulsa un proyecto que buscaría someter a un polígrafo o detector de mentiras a personas ligadas con cuerpos élite de la policía para combatir directamente problemas de corrupción.

Por su parte Ramos y Castaing indicaron que las autoridades deberían de cuestionarse si el tema de los brazaletes ha dado el resultado esperado o si más bien han empeorado las cosas.