Por Mariana Valladares |26 de mayo de 2025, 14:56 PM

Una de las cinco capibaras rescatadas recientemente durante un operativo contra el tráfico ilegal de fauna silvestre falleció este fin de semana debido al grave deterioro físico que sufrió durante su cautiverio. 

El animal, el más pequeño del grupo, no logró superar las consecuencias de una alimentación inadecuada y prolongada falta de comida.

Rescate Wildlife Rescue Center, antiguo Zooave, que atendió a los ejemplares, confirmó que la capibara llegó en condiciones críticas. 

“No presentaba contenido gastrointestinal y tenía gases acumulados, lo que evidencia un ayuno prolongado”, explicó la vocera del centro, la veterinaria Isabel Hagnauer. “Su fallecimiento es una muestra del devastador impacto del comercio ilegal de animales silvestres”.

Las otras cuatro capibaras permanecen en cuarentena, bajo supervisión veterinaria, con signos de desnutrición severa, estrés agudo y posibles afectaciones en su sistema inmunológico. Una de ellas también presenta una lesión en una pata trasera. Los especialistas advierten que podrían tener enfermedades que aún no han sido diagnosticadas.

Aunque no se han revelado todos los detalles del operativo, se presume que los animales iban a ser comercializados como mascotas exóticas, una práctica prohibida por la legislación costarricense, pero que sigue activa gracias a la creciente demanda en redes sociales y al desconocimiento general de sus implicaciones legales y éticas.

El tráfico ilegal de fauna silvestre se posiciona como uno de los delitos ambientales más lucrativos a nivel global, solo por detrás del narcotráfico, la trata de personas y el contrabando de armas. En América Latina, miles de especies son extraídas cada año de su hábitat natural para ser vendidas, muchas veces en condiciones que comprometen su vida.

“Mientras haya personas dispuestas a comprar animales silvestres como mascotas, este mercado ilegal continuará. Es una cadena de sufrimiento que comienza en la selva y puede terminar en tragedias como la de esta capibara”, advirtieron desde el centro de rescate.

Las cuatro capibaras sobrevivientes fueron trasladadas a un espacio más amplio y tranquilo, anteriormente habitado por el león Kivú, símbolo nacional del rescate de fauna. Allí reciben una dieta especializada y monitoreo constante, en un esfuerzo por restablecer su salud.

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