Por Natalia Jiménez Segura |Por Eric Corrales |8 de noviembre de 2022, 13:09 PM

Kevin es un niño de 7 años que nació con una cardiopatía congénita. Su pronóstico era muy limitado; los médicos no le daban más de unos cuantos meses de vida. 

Para su mamá, Cynthia Ramírez, esta era la segunda gran prueba que le ponía Dios, ya que su hija mayor murió de cinco días de nacida debido a una enfermedad similar. 

"Cuando tenía tres meses de nacido, nos mandaron a cuidados paliativos y nos dijeron que no se podía hacer nada, que él iba a fallecer también y que había muy pocas esperanzas porque con el tamaño de él, tan pequeño, no se le podía hacer una cirugía", dijo la madre a Teletica.com. 

Toda la familia le pidió a Dios por la vida de Kevin, especialmente su madre, quien ahora debe enfrentarse a la posibilidad a perder a un segundo hijo por un padecimiento cardíaco.

"Le dije: 'Señor si usted me lo deja yo voy a tratar de ser la mejor mamá del mundo, pero si se lo lleva lléveme a mí también porque mi corazón ya no resiste tanto dolor'", confesó. 

Me van a reparar el corazón como a Pinocho: el niño que afronta una complicada cirugía
Kevin con su mamá, Cynthia.

Después de aquel duro golpe, el pequeño Kevin empezó a mejorar, y hoy ya suma siete años de luchar todos los días contra una pérdida de peso importante y contra todas las secuelas que le produce su fallo cardiaco. 

A pesar de ello, nunca le falta una sonrisa, sorprende a quien lo conozca por su actitud positiva y por el amor que le profesa a sus seres queridos. Para su familia, la vida de Kevin podría considerarse, literalmente, como un milagro.


Recientemente, sufrió un episodio de desmayo súbito en la escuela, hecho que activó las alarmas en sus padres, quienes lo llevaron a un centro médico donde lograron colocarlo en la lista de pacientes a la espera de realizarse un trasplante de una válvula de su corazón.

Según cómo se encuentre el pequeño a la hora de someterse a la cirugía, los médicos decidirán si colocarle una válvula de cerdo o una mecánica. 

En medio de la preocupación que esta situación supone para él y su familia, lo único que lo reconforta es su amor por Disney.

"Él es apasionado por Disney y es vacilón porque se relaciona mucho con la historia de Pinocho. Entonces, cuando le preguntan que qué le van a hacer, dice 'Me van a reparar el corazón como a Pinocho'", relató la madre. 

La familia, oriunda de San Rafael Abajo de Desamparados, ha luchado toda su vida por sacar a sus hijos adelante. La mamá trabaja como payasita, también en construcción y además hace reparaciones a domicilio. Por su parte, el padre es mecánico a tiempo completo.

Me van a reparar el corazón como a Pinocho: el niño que afronta una complicada cirugía
Kevin (centro arriba) con su mamá, papá y hermana Mariángel.

La cirugía se llevará a cabo esta semana en el Hospital Nacional de Niños, con el objetivo de que Kevin continúe llenando de luz y esperanza a todas las personas que se encuentre en su camino. 

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