23 de abril de 2013, 7:31 AM

¿Sirve para algo la lucha en las calles? A mucha gente le molestan las manifestaciones, los cierres de vías, o las marchas de protesta, pues consideran que no es la forma legal de resolver los conflictos o porque no conducen a nada.

Pero Eva Carazo, profesora universitaria y dirigente popular, afirma que la lucha en las calles ha demostrado tener éxito en momentos culminantes de nuestra historia reciente.

La primera experiencia fue la lucha contra el combo del ICE, un conjunto de tres proyectos que se unieron en una sola votación en la Asamblea Legislativa y que pretendía abrir la producción eléctrica y las telecomunicaciones a la empresa privada.

Eva Carazo era entonces presidenta de la FEUCR, y junto a otros sectores comenzaron a hacer protestas en diciembre de 1999.

La lucha tomó cuerpo cada vez más y el 4 de abril del 2000 el presidente Miguel Ángel Rodríguez retiró ese proyecto pese a que ya había sido votado en primer debate.

A esta primera gran lucha siguió otra de gran revuelo: la que se llevó a cabo contra la compañía canadiense Infinito Gold y su finca en Crucitas de San Carlos.

Como resultado, el 25 de noviembre del 2010 el Tribunal Contencioso Administrativo declaró ilegal el contrato.

La compañía apeló, pero un año más tarde la Sala Primera de la Corte, enterró para siempre la concesión.

Una tercera victoria fue la detención del cierre de los EBAIS en Montes de Oca y Curribadat. Los vecinos ganaron al menos un respiro de algunos meses y la promesa del Gobierno de buscar una buena solución al problema.

La cuarta gran victoria se dio este lunes, cuando la presidenta Laura Chinchilla echó atrás a una concesión ya otorgada y refrendada por la Contraloría: la de la carretera a San Ramón.

La repulsión a este convenio fue tan grande que en solo 37 días los vecinos obligaron a echar marcha atrás.

La experiencia costarricense parece indicar que cuando los gobernantes no actúan correctamente, la protesta popular puede ayudarles a encontrar el camino correcto.